MADRID, 8 (EUROPA PRESS)
El director de la CIA, William Burns, ha afirmado que no considera que Israel e Irán quieran "una guerra abierta", si bien ha advertido de que podría haber "errores de cálculo", en medio del repunte de las tensiones en Oriente Próximo y en un momento en el que las autoridades israelíes sopesan su posible respuesta al ataque con misiles lanzado la semana pasada por las fuerzas iraníes.
"Hacemos frente aun peligro muy real de una mayor expansión regional del conflicto", ha dicho durante un acto en el estado de Georgia, en el que ha manifestado que la cúpula israelí está pensando "muy cuidadosamente" en cómo responder al ataque iraní.
Así, ha reiterado que un "error de cálculo" podría llevar a una espiral de conflicto y ha reseñado que "Oriente Próximo es un lugar en el que constantemente pasan cosas complicadas", según ha recogido la cadena de televisión estadounidense CBS.
Burns ha argumentado además que una combinación entre la cooperación a nivel de Inteligencia entre Estados Unidos e Israel y unos "fuertes" sistemas de defensa aérea permitieron a Israel hacer frente al ataque iraní de la semana pasada, en el que fueron lanzados alrededor de 180 misiles balísticos.
El Ejército israelí ha confirmado que varias de sus bases aéreas fueron alcanzadas en el ataque, si bien ha negado daños de relevancia y ha afirmado que no hubo impactos contra aviones o almacenes de armas. Sin embargo, ha rechazado dar detalles sobre el porcentaje de interceptaciones con el objetivo de "evitar dar a Irán y a Hezbolá información que les ayude a aprender lecciones".
En este sentido, Burns ha manifestado que dichos ataques revelaron algunas "limitaciones" en las capacidades militares de Teherán, si bien ha matizado que "eso no sugiere que esas capacidades no sean bastante potentes y algo que no sólo Israel, sino también Estados Unidos, ha de tomarse muy en serio".
Los ataques, en los que fueron lanzados cerca de 180 misiles balísticos, fueron descritos por Teherán como una respuesta a la muerte del líder del brazo político del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), Ismail Haniye, en un ataque en Teherán a finales de julio y la del secretario general de Hezbolá, Hasán Nasralá, en un bombardeo israelí contra la capital de Líbano, Beirut.
EL PROGRAMA NUCLEAR DE IRÁN
Por otra parte, Burns, quien jugó un papel importante a la hora de negociar el histórico acuerdo nuclear de 2015 con Teherán --que Washington abandonó de forma unilateral tres años después--, ha sostenido que no hay indicaciones de que el líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, haya decidido impulsar la producción de armas nucleares.
"No vemos pruebas hoy que apunten que el líder supremo (iraní) ha cambiado la decisión que adoptó a finales de 2003 de suspender el programa de armas nucleares", ha argumentado, si bien ha incidido en que Teherán "está en una posición mucho más cercana" a lograr material fisible para una bomba, algo que podría hacer "en una semana o poco más".
El programa nuclear iraní ha vuelto a estar en primera fila de la política internacional a causa del repunte de las tensiones, con el presidente estadounidense, Joe Biden, expresando públicamente que Washington no apoyaría a Israel en caso de que opte por atacar instalaciones nucleares de Irán.
Posteriormente, Biden trasladó al Gobierno de Israel, encabezado por Benjamin Netanyahu, que busque "otras alternativas" a los ataques contra instalaciones petrolíferas iraníes, en medio del aumento de las especulaciones sobre la posibilidad de que Teherán intente hacerse con armas nucleares para aumentar su capacidad de disuasión.
De hecho, un asesor de Jamenei llegó a afirmar en mayo que Irán "tendrá que cambiar su doctrina nuclear" en caso de que la "existencia" del país sea vea "amenazada", al tiempo que hizo hincapié en que las autoridades "tienen la capacidad" necesaria para desarrollar armamento nuclear.
Las palabras de este asesor, llegaron después de que un comandante de la Guardia Revolucionaria dijera en abril que Irán podría "revisar" esta postura, si bien días después el Gobierno salió al paso de estas declaraciones y reiteró que "no hay cabida para las armas nucleares" en la "doctrina militar" de Teherán.
ACUERDO DE ALTO EL FUEGO EN GAZA
Burns ha expresado además su esperanza de que pueda lograrse un alto el fuego entre Israel y el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) en la Franja de Gaza y ha dicho que "en un par de ocasiones se ha estado cerca, pero es algo esquivo", en medio del estancamiento de los contactos indirectos, mediados por Estados Unidos, Qatar y Egipto.
"Lo que está en juego en Gaza es definido por la voluntad política. A fin de cuentas, no se trata de paréntesis en los textos o fórmulas creativas cuando se intenta negociar un acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes", ha argüido el director de la CIA.
"Trata de líderes que tienen que reconocer, a fin de cuentas, que ya es suficiente y que lo perfecto no suele estar en el menú, especialmente en Oriente Próximo", ha dicho. "Hay que tomar decisiones duras y asumir algunos compromisos en interés de la estabilidad estratégica a largo plazo", ha apostillado.
Las hostilidades en la región estallaron después de que Hamás y otras facciones palestinas lanzaran el 7 de octubre una serie de ataques contra Israel que dejaron casi 1.200 muertos y más de 250 rehenes. El Ejército israelí inició entonces una cruenta campaña militar contra Gaza que se salda por el momento con más de 41.900 muertos, a los que se suman más de 740 palestinos muertos en Cisjordania y Jerusalén Este.
Los ataques del 7 de octubre, denominados 'Inundación de Al Aqsa' por Hamás y sus aliados, llevaron además a la apertura del frente en la frontera entre Israel y Líbano, con combates constantes desde hace más de once meses que derivaron el martes en el inicio de una nueva invasión de territorio libanés. Además, los hutíes y milicias proiraníes de Irak han lanzado misiles y drones contra Israel --que ha ejecutado bombardeos contra territorio de Líbano, Siria y Yemen--.