Los rescatistas enviaron el miércoles más barcos y otras naves al lugar donde desapareció un sumergible en su camino hacia los restos del Titanic, con la esperanza de que los sonidos submarinos que detectaron por segundo día consecutivo ayuden a reducir el área de búsqueda en una misión cada vez más urgente.
Las cuadrillas se concentran en un área del doble del tamaño de Connecticut en aguas con 4 kilómetros (2,5 millas) de profundidad, informó el capitán Jamie Frederick, del Primer Distrito de la Guardia Costera, que señaló que las autoridades aún tienen la esperanza de rescatar con vida a los cinco pasajeros del Titán.
“Esta es 100% una misión de búsqueda y rescate”, señaló Frederick. “Seguiremos poniendo todos los activos disponibles que tenemos para encontrar al Titán y a los miembros de la tripulación”.
Pero incluso aquellos que expresaron un poco de optimismo advirtieron que aún hay muchos obstáculos por delante: Desde encontrar la ubicación del sumergible, hasta alcanzarlo con un equipo de rescate y traerlo a la superficie, asumiendo que no haya sufrido daños, y todo eso antes de que se agote el suministro de oxígeno para los pasajeros, lo cual algunos han estimado que puede ser a partir del jueves por la mañana.
El área del norte de Atlántico donde el Titán desapareció el domingo es propensa a la niebla y las tormentas, lo que la convierte en un entorno extremadamente difícil para llevar a cabo una misión de búsqueda y rescate, afirmó Donald Murphy, oceanógrafo que trabajó como científico en jefe de la Patrulla Internacional de Hielo de la Guardia Costera.
El sumergible perdido podría encontrarse a unos 3.800 metros (12.500 pies) de profundidad, cerca del lugar donde descansa el Titanic.
Una pieza importante de las tareas de búsqueda son los robots operados a distancia y equipados con cámaras, que están diseñados para escanear el fondo marino en tiempo real a profundidades que otras embarcaciones no pueden alcanzar. Dos estaban operando en el área el miércoles y más estaban en camino, indicaron las autoridades.
Frederick dijo que si bien los sonidos que se detectaron ofrecieron la posibilidad de reducir el área de búsqueda, aún no se ha determinado su ubicación y fuente exactas.
“No sabemos qué son, para ser franco”, afirmó.
Carl Hartsfield, capitán retirado de la Marina y actualmente director del Laboratorio de Sistemas Oceanográficos de Woods Hole, dijo que se ha descrito a los sonidos como “ruidos de golpes”, pero advirtió que las cuadrillas de búsqueda “tienen que poner todo el panorama en contexto y eliminar fuentes potenciales hechas por el hombre que no sean el Titán”.
El reporte resultó alentador para algunos expertos porque a las tripulaciones de submarinos que no pueden comunicarse con la superficie se les enseña a golpear el casco de sus navíos para ser detectados por el sonar.
Un oficial de la Marina de Estados Unidos dijo durante una rueda de prensa el miércoles que un sistema especial de salvamento naval que podría ser utilizado para sacar el Titán ha llegado a St. John’s, Canadá, pero se espera que tome otras 24 horas prepararlo para su uso. La Marina dijo en un comunicado que el equipo es capaz de sacar del mar “objetos grandes, voluminosos y pesados, como aviones o buques pequeños”.
El Titán pesa 9.071 kilogramos (20.000 libras). El sistema de rescate oceánico FADOSS de la Marina estadounidense está diseñado para levantar hasta 27.200 kilogramos (60,000 libras), de acuerdo con el sitio web de la Marina.
El sumergible cuenta con siete sistemas de respaldo para regresar a la superficie, entre ellos sacos de arena y tuberías de plomo que se desprenden y un globo inflable.
A bordo iba el piloto Stockton Rush, director general de la empresa organizadora de la expedición, OceanGate. Sus pasajeros eran un aventurero británico, dos miembros de una familia de empresarios paquistaníes y un experto en el Titanic.
Las autoridades informaron que la embarcación de fibra de carbono de 6,7 metros (22 pies) de eslora se había extraviado el domingo por la noche, lo que desencadenó la búsqueda en aguas situadas a unos 700 kilómetros (435 millas) al sur de St. John's, Terranova.
El sumergible tenía una provisión de oxígeno para cuatro días cuando zarpó alrededor de las 6:00 de la mañana del domingo, señaló David Concannon, un asesor de OceanGate Expeditions, que supervisó la misión.
Frank Owen, un experto en búsqueda y rescate de submarinos, señaló que el suministro de oxígeno para un aproximado de 96 horas es un “objetivo” útil para los rescatistas, pero sólo se basa en una “cantidad nominal de consumo”. Owen dijo que el buzo a bordo del Titán probablemente está aconsejando a los pasajeros “hacer cualquier cosa para reducir sus niveles metabólicos para que realmente puedan extender ese tiempo”.
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Los periodistas de The Associated Press Jon Gambrell en Dubái, Emiratos Árabes Unidos, Ben Finley en Norfolk, Virginia; y Munir Ahmed, en Islamabad, contribuyeron a este despacho.