TEL AVIV, Israel (AP) — Shraga Tichover está colgando su uniforme de combate. Después de tres décadas en la reserva, el paracaidista dice que no volverá a poner en riesgo su vida por un país que gira hacia la autocracia.
Tichover es parte de una ola opositora sin precedentes en las filas de las fuerzas armadas israelíes contra un contencioso plan del gobierno de reformar el sistema judicial. Muchos reservistas, como Tichover, se niegan a presentarse cuando los convocan a filas, y excomandantes lo consideran una reacción natural contra el cambio inminente.
“Los valores de este país van a cambiar. Yo no puedo revistar en las fuerzas armadas de un Estado que no es una democracia”, dijo Tichover, un reservista voluntario de 53 años que ha combatido en el sur del Líbano, Gaza y Cisjordania.
Estas declaraciones en desafío de las órdenes militares, habitualmente un tabú, reflejan la profunda división que reina en el país y desgarra lo que para los judíos israelíes es la institución más respetada: las fuerzas armadas. Crecen los temores de que la protesta pudiera llegar a las filas de los jóvenes conscriptos.
En una declaración que ha remecido el país, tres docenas de pilotos de combate reservistas dijeron que no se presentarán al entrenamiento esta semana. Los aviadores son la elite del personal militar y elementos irreemplazables de muchos planes de batalla israelíes.
El jefe de la fuerza aérea, mayor general Tomer Bar, se reunió la semana pasada con unos 50 jefes de escuadra para conocer sus inquietudes. En una carta posterior a los pilotos, Bar reconoció las “dificultades y retos” que enfrenta el país, pero dijo que la fuerza aérea debe continuar fiel a su misión de proteger la seguridad nacional.
Según trascendidos, el jefe del Estado Mayor del ejército, teniente general Herzl Halevi, advirtió al primer ministro Benjamin Netanyahu esta semana que la protesta de los reservistas amenaza con afectar la eficiencia militar. Halevi prevé reunirse con Bar y una veintena de pilotos en las próximas horas.
Para la mayoría judía israelí, casi todos los cuales están obligados al servicio militar, el ejército es una fuente de unidad y un tránsito hacia la edad adulta, la vida civil y el trabajo.
Luego de tres años de servicio obligatorio, muchos hombres continúan en la reserva hasta pasados los 40 años, cuando el servicio se vuelve voluntario.
La mayoría de los que amenazan con no presentarse a filas son voluntarios, por lo cual no están sujetos a castigos.