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La Guardia Revolucionaria acusa a "potencias extranjeras" de comportarse como "lobos hambrientos" en Siria

MADRID, 15 (EUROPA PRESS)

El comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán, Hosein Salami, ha denunciado este domingo que varias "potencias extranjeras" se están comportando como "lobos hambrientos" tras la caída del régimen de Bashar al Assad en Siria a raíz de la ofensiva lanzada por yihadistas y rebeldes, encabezados por Hayat Tahrir al Sham (HTS).

"Hoy vemos cómo las potencias extranjeras que azuzan un incendio en Siria son como lobos hambrientos que cazan un ciervo en el desierto, arrancando cada parte de su cuerpo", ha dicho, antes de cargar contra la "insoportable" toma de territorios en Siria por parte del Ejército de Israel.

Así, ha defendido el apoyo de Teherán a Al Assad y ha recalcado que las fuerzas iraníes "no fueron allí a anexionar territorios". "No lo convertimos en un campo para nuestras ambiciones e intereses. Fuimos para evitar que la dignidad de los musulmanes fuera destruida", ha dicho.

"En cuanto cayó el régimen sirio empezaron a pasar cosas terribles en el país", ha manifestado, en referencia a los bombardeos de Israel y el avance de sus tropas desde los ocupados Altos del Golán, según ha informado la agencia iraní de noticias Mehr.

"La gente de Damasco entiende ahora lo valiosos que eran los hombres de la resistencia cuando estaban allí y el dolor que debe soportar la nación ahora que no están", ha recalcado Salami, quien ha señalado que, en cualquier caso, la caída de Al Assad, es "una gran lección" que Irán "ha aprendido.

Por otra parte, ha advertido a Israel que "no se alegre demasiado" por la situación y ha reseñado que "pagará un alto precio". "Serán enterrados en tierra siria, aunque eso lleve un tiempo", ha manifestado, al tiempo que ha prometido que la Guardia Revolucionaria "defenderá de forma decidida la seguridad y la independencia" de Irán.

La ofensiva en Siria, lanzada el 27 de noviembre desde la provincia de Idlib permitió a yihadistas y rebeldes tomar la capital y poner fin al régimen de la familia Al Assad, en el poder desde 1971 --primero con Hafez al Assad (1971-2000) y posteriormente con su hijo, Bashar--, ante un repliegue constante de las tropas gubernamentales, respaldadas por Rusia e Irán.

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