BRUSELAS, 31 (EUROPA PRESS)
"Desde la perspectiva de cómo fue negociado el acuerdo, la transparencia en que fue realizado, las consultas, la necesidad de contar con los 27 --y su industria-- (se hizo) de tal manera que no puedo ver ningún modo de interferencia o impacto dudoso", ha zanjado el responsable del Ejecutivo comunitario para acuerdos de aviación en la Dirección General de Transportes, Carlos Bermejo Acosta, para defender la "transparencia" con que Bruselas negoció el acuerdo con Qatar.
"De otro modo no se habría negociado el acuerdo, lo hubiéramos parado mucho antes", ha remachado, antes de apuntar que en un acuerdo internacional las partes pueden decidir en todo momento abandonar porque del mismo modo que son "libres" para sellarlo, lo son también para "abandonarlo".
La UE y Qatar firmaron el acuerdo en octubre de 2021, tras las negociaciones que se alargaron entre 2016 y 2019, pero se encuentra aún en un largo proceso de ratificación que para este tipo de convenios se suele dilatar años, por lo que está prevista su aplicación provisional mientras esa tramitación se cumple.
De hecho, en el caso del acuerdo UE-Qatar apenas ocho países miembro lo han ratificado ya (República Checa, Estonia, Letonia, Rumanía, Irlanda, Grecia, Hungría y Austria) y hasta que no se concluya en los 27 parlamentos nacionales, no pasará al nivel europeo para que el Consejo lo refrende y el Parlamento europeo dé su consentimiento.
En este contexto, el experto comunitario ha querido también poner en valor que el objetivo del acuerdo negociado no buscaba la liberalización del acceso al sector puesto que hay 23 países de la UE con acuerdos bilaterales con Qatar, sino "crear igualdad de condiciones y asegurar una competencia justa", en tanto que introduce garantías "sociales y medioambientales" y evita "distorsiones futuras en la competencia".
Asimismo, Bermejo Acosta ha insistido ante las preguntas de los eurodiputados de la comisión parlamentaria de Transportes que a lo largo de toda la negociación Bruselas informó, consultó y consensuó las posiciones con los Estados miembro y sus respectivos sectores aéreos para asegurar que el resultado era satisfactorio para todos.