BUENOS AIRES (AP) — Miles de personas acudieron a las afueras de la provincia de Buenos Aires el sábado a rendir homenaje a uno de los santos paganos más queridos y controvertidos del país, San La Muerte, a los que los argentinos acuden en momentos difíciles como los que atraviesa económicamente el país para solicitar todo tipo de favores.
Rechazado por la Iglesia católica pero con un número creciente de seguidores en el gran Buenos Aires y otras provincias del país y también venerado en Paraguay y Brasil, miles de personas, cientos de gauchos y de clases más populares se presentaron ante el santo con forma de calavera para dejarle botellas de bebida, a medio tomar y compartidas con el santo, conocido por ser una persona que ayudó a los leprosos en la cárcel y que fue encontrado muerto en una celda con forma de esqueleto y señalando a sus asesinos.
La leyenda desde el siglo XVIII no ha dejado de crecer, como un santo al que uno puede solicitar los favores en las situaciones más adversas, pero también desear el mal para aquellas personas que no se portaron bien con nosotros. Junto al Gaucho Gill, es uno de los santos paganos argentinos más venerados, con varias fechas de celebración en el mes de agosto y también varios santuarios importantes distribuidos a lo largo de la geografía argentina.
“Fue un santo pagano, mucha gente lo tiene por malo, pero no es así. Es según la creencia de cada uno y para qué lo toman. Todo el que viene le viene a pedirle para el bienestar de cada uno, pedirle trabajo, salud” igual que Gauchito Gill, explica a The Associated Press Daniel Lovinato, jubilado y excamionero. La gente viene a pedirle ayuda, “con la necesidad que hay ahora”, añade
Quien no lo conoce “le tiene miedo, mientras que si conoces la historia del santo no tienes por qué tenerle miedo”, es como si fuera un cura, explica el peregrino. “Él hacía el bien, no hacía el mal”, recalca.
“Yo no tengo por qué tenerle miedo porque no le voy a pedir nada fuera de lo normal”, salud para mí y toda mi familia y trabajo para las personas que no tienen, por lo que hoy en día está pasando el país”, apunta Lovinato.
Argentina atraviesa una crisis que combina una inflación superior al 60% en los últimos 12 meses, y 36,2% en lo que va del año, una de las más altas del mundo, la carga de un endeudamiento externo por más de 100.000 millones de dólares, escasez de reservas en el Banco Central y restricciones cambiarias que amenazan la estabilidad del gobierno.
La pobreza en en el país afecta a 37,3% de la población de unos 47 millones de personas, según mediciones del segundo semestre de 2021, aunque analistas consideran que ha aumentado a causa de la inflación.
En tiempos difíciles, los argentinos acuden a los santos a hacer peticiones de mejora, a los oficiales, y a los alternativos o paganos, con gran tradición en otros países de América Latina.