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Residentes de Walikale vuelven a sus hogares a pesar de los combates en medio de la crisis de refugiados

La falta de auxilio obliga a cientos de personas a regresar a zonas bajo control de las milicias del M23

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MADRID, 21 (EUROPA PRESS)

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Los residentes de la ciudad congoleña de Walikale han comenzado a regesar a la localidad, conquistada el pasado miércoles por las milicais del Movmiento 23 de Marzo (M23) y a pesar de los combates que todavía están ocurriendo en sus alrededores en medio de la crisis galopante de refugiados en el país del que han escapado más de 100.000 personas en los últimos tres meses, según la ONU.

Con su conquista de Wakilale, el M23 ya controla cuatro de las seis capitales de territorio de la provincia de Kivu Norte, entre ellas la capital provincial, Goma. La entrada de los rebeldes en Walikale es una victoria estratégica por partida doble, primero porque se han hecho con el control de sus recursos mineros y segundo porque era considerada como un bastión de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), un grupo armado rival del M23 y enemigo de las autoridades de la vecina Ruanda.

El Gobierno de Ruanda ha rechazado en innumerables ocasiones cualquier vinculación con el M23 pero ello no ha impedido que el ministro de Exteriores ruandés Olivier Nduhungirehe celebrara en su cuenta de la red social X la conquista de la ciudad tras denunciar a los "genocidas" de las FDLR.

"Esta fuerza genocida ha estado aterrorizando, asesinando y manteniendo como rehenes a la población local con total impunidad, mientras que la MONUSCO, una fuerza de la ONU que tenía el mandato de neutralizarlos, estaba simplemente feliz de cohabitar con ese grupo sancionado por la ONU en el mismo territorio", ha indicado Nduhungirehe.

La emisora de la ONU, Radio Okapi, ha constatado el retorno de los residentes de Walikale a la ciudad a pesar de que "persisten los enfrentamientos en el eje entre Walikale y Lubutu" y de que existen "saqueos sistemáticos llevados a cabo por hombres armados con uniforme militar en varios pueblos y ciudades de la región, especialmente en Mubi, Ndjingala, Logu, Biruwe, Makana y Kangama, hasta la frontera entre Kivu Norte y la provincia de Maniema".

Esta situación "está provocando una psicosis generalizada en la zona", según las fuentes locales de Radio Okapi, que recuerdan ataques como el sufrido por la base local de Médicos sin Fronteras (MSF), que se pasó durante horas bajo el fuego cruzado antes que el M23 se hiciera con el control de la ciudad.

CRISIS DE FINANCIACIÓN, SUPERPOBLACIÓN DE REFUGIADOS Y CÓLERA

En medio de esta crisis, el Alto Comisionado para los Refugiados de Naciones Unidas (ACNUR), ha avisado de que, en menos de tres meses, "el número de congoleños que han huido a países vecinos ha superado los 100.000", según su portavoz, Eujin Byun.

"En la ciudad de Goma, en Kivu del Norte, y sus alrededores, los asentamientos que anteriormente albergaban a 400.000 desplazados internos han sido destruidos, dejando a familias abandonadas, sin refugio ni protección", ha añadido este viernes en Ginebra (Suiza).

Desde enero, más de 40.000 desplazados internos de Kivu Norte y la vecina Kivu Sur --cuya capital, Bukavu, también está en manos del M23-- han llegado a Kalemie, en la vecina provincia de Tanganyika, "tras realizar peligrosos viajes de 700 kilómetros a través de múltiples zonas de conflicto" por toda la frontera oriental de RDC.

En Kalemie, la ausencia de financiación ha dificultado enormemente la construcción de de refugios y la distribución de artículos esenciales como mantas, mosquiteros, artículos para la menstruación y jabón. La congelación de los fondos también ha impedido la reposición de las reservas de emergencia de ACNUR en Kalemie, dejando solo 147 mantas para las personas desplazadas.

La situación en los países vecinos, Uganda y Burundi, es casi igual de grave. Más de 28.000 refugiados congoleños han cruzado a Uganda desde enero de este año, un aumento del 500 por cien con respecto al mismo período del año pasado, y se espera la llegada de otras 10.000 personas para finales de este mes.

"Los informes sobre los recién llegados indican una huida desesperada del conflicto y terribles violaciones de Derechos Humanos", avisa la portavoz de ACNUR, antes de alertar igualmente que los centros de recepción y tránsito en Uganda están completamente sobrecargados.

En la comuna burundesa de Rugombo, que acoge a la mayoría de los 68.000 refugiados que han llegado al país desde febrero, las instalaciones sanitarias inadecuadas y el hacinamiento en el estadio y sus alrededores, así como la limitada atención sanitaria, han provocado al menos ocho casos sospechosos de cólera.

Sin más financiación para ampliar los servicios de salud, existe "un riesgo significativo de propagación de la enfermedad" mientras que los servicios para refugiados con necesidades de protección adicionales también están bajo presión, incluyendo a más de 400 menores no acompañados y separados de sus familias, y a supervivientes de violencia sexual.

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