MADRID, 18 (EUROPA PRESS)
En concreto, desde la perspectiva del gasto, el incremento del PIB se sustentó en las exportaciones y, en menor medida, en la demanda interna, la que reflejó un mayor consumo de hogares (incremento del 1%).
La inversión, en tanto, aumentó impulsada por la variación de existencias, efecto que fue atenuado por una caída en la formación bruta de capital fijo.
Las exportaciones crecieron 6,6%, impulsadas por el componente de bienes y, en menor medida, por los servicios. Mientras, las importaciones aumentaron 2,5%, debido principalmente a las compras de bienes, en línea con mayores importaciones de químicos, vestuario y alimentos. En tanto, las importaciones de servicios cayeron marginalmente.
Desde el lado de la oferta, la actividad agropecuario-silvícola creció 7,4%. En lo que se refiere al sector secundario, la actividad minera aumentó 5,2% en un contexto de mayor producción de cobre y de minerales no metálicos.
Le acompañan con fuerte desempeño positivo la industria manufacturera, que creció un 2,7% interanual, y la actividad de suministro de electricidad, gas, agua y gestión de desechos (EGA), que se elevó un 7,2%. En tanto, el sector construcción registró una variación del -0,3%.
Finalmente, dentro de las actividades del sector terciario, se aprecia un aumento del 5,1% en la actividad comercial, impulsada por las ventas mayoristas y minoristas. El transporte creció un 6,8% y, por el contrario, se dio una caída del 0,5% en comunicación.
