LIMA (AP) — La fiscalía peruana abrió el lunes una investigación contra Repsol y la dirección de asuntos ambientales del Ministerio de Energía por los presuntos delitos de “facilitación de comisión de delito ambiental y de información inexacta” tras el derrame petrolero de 2022, considerado el peor desastre ambiental del país.
PUBLICIDAD
En un comunicado, la fiscalía indicó que la indagación se da ante la demora en la rehabilitación de la zona del derrame de petróleo ocurrido el 15 de enero de 2022 durante una descarga de crudo de un buque italiano, propiedad de la empresa Fratelli d’Amico Armatori hacia una refinería de Repsol, la más grande de Perú. El vertido impactó un área —de agua y tierra— algo más grande que la ciudad francesa de París.
PUBLICIDAD
La fiscalía indicó que adoptó la decisión por el retraso “más allá de los plazos razonables” en la aprobación de 18 planes de rehabilitación presentados por Repsol ante el Ministerio de Energía peruano, así como de “información presuntamente inexacta en la presentación" de esos planes por parte de Repsol.
El Ministerio Público no dio detalles de cuántos días de demora van hasta el momento en la aprobación de los planes de rehabilitación ni tampoco ha indicado cuál es la información calificada de inexacta. La AP pidió detalles a la fiscalía y solicitó comentarios a Repsol. No hubo una respuesta inmediata en ambos casos.
El gobierno de Perú afirmó que se derramaron 11.900 barriles de petróleo, mientras que Repsol indica que fueron 10.400. Las autoridades calculan que más de 5.500 pescadores resultaron afectados de forma directa, pero además, a unos 700.000 que incluyen a toda la cadena de trabajadores que laboraban en las playas contaminadas.
Luis Díaz, un representante de los pescadores perjudicados, dijo a The Associated Press el último 15 de enero, en un conversatorio luego de tres años de ocurrido el derrame, que “el mar sigue contaminado, no existen planes reales de rehabilitación y los daños continúan afectando a miles de pescadores".
En su momento, los rescatistas hallaron unas 300 aves muertas y observaron al menos otras 1.200 cubiertas de crudo, en especial cormoranes, guanayes, piqueros, pingüinos de Humboldt, pelícanos y gaviotas peruanas.