SAN SALVADOR (AP) — El presidente de Estados Unidos, Donald Trump y el salvadoreño Nayib Bukele sostuvieron el jueves su primera conversación telefónica desde el inicio del nuevo mandato estadounidense el pasado lunes, en la que acordaron trabajar juntos para detener la migración ilegal y combatir a las pandillas transnacionales.
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En un comunicado de la Casa Blanca, Trump confirmó la llamada y elogió el liderazgo de Bukele, a quien calificó de ser “un ejemplo” para otros países del hemisferio occidental.
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El presidente salvadoreño, que no acudió a la toma de posesión de Trump, lleva adelante en su país una política de mano dura contra la violencia de las pandillas y presume de haber reducido drásticamente los asesinatos en El Salvador, tras años de ser una de las naciones con mayor inseguridad del mundo.
Su prolongado estado de excepción —desde marzo de 2022— ha sido cuestionado fuertemente por organizaciones de derechos humanos.
Según el breve comunicado, ambos líderes hablaron de trabajar juntos contra dos de los problemas a los que Trump más ha aludido en su campaña y en el inicio de su mandato: la migración irregular y las organizaciones criminales. El mensaje de la Casa Blanca menciona al Tren de Aragua, la banda de origen venezolano, como una de las estructuras transnacionales con las que acabar.
No incluía más detalles sobre acciones conjuntas en estos temas.
Bukele y Trump se reunieron personalmente durante 35 minutos en Estados Unidos cuando ambos estaban en su primer periodo presidencial, en septiembre de 2019.
Pese a que la embajadora de El Salvador en Washington, Milena Mayorga, aseguró que el mandatario salvadoreño estaba invitado para la ceremonia de investidura del 20 de enero en el Capitolio, Bukele no estuvo presente. Casa Presidencial no dio ninguna explicación.
Washington también confirmó que el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, realizará una gira por la región que incluye El Salvador, Guatemala, Costa Rica, República Dominicana y Panamá.
El viaje, que sería el primero de Rubio como secretario de Estado, está planificado para finales de enero y principios de febrero.
En 2015, El Salvador tuvo 6.656 asesinatos y una tasa de homicidios de 103 por cada 100.000 habitantes. Ese año fue uno de los más violentos en la historia del país y el más violento desde el fin de la guerra civil.
En cambio, cerró 2024 con una cifra mínima récord de 114 homicidios y en el mes de diciembre sólo registró un asesinato, ante lo cual el presidente Bukele aseguró que ahora es el país más seguro del hemisferio occidental.
Desde hace casi tres años, en El Salvador rige un estricto estado de excepción que suspende derechos fundamentales como el de ser asistido por un abogado en caso de detención y permite a las autoridades detener a personas sin informarles del motivo. El 90% de las casi 84.000 personas encarceladas en ese periodo está sin sentencia.