JERUSALÉN (AP) — El general de mayor rango de Israel renunció el martes, asumiendo la responsabilidad por las fallas de seguridad e inteligencia relacionadas con el ataque sorpresa de Hamás que desencadenó la guerra en Gaza, y aumentando la presión sobre el primer ministro Benjamin Netanyahu, quien ha retrasado cualquier investigación pública que pudiera implicar su liderazgo.
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Mientras se mantenía un frágil cese al fuego en la Franja de Gaza, Israel lanzó una gran operación militar en el territorio ocupado de Cisjordania, que dejó al menos ocho personas muertas, informaron funcionarios palestinos.
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El teniente general Herzi Halevi es la figura israelí de mayor rango que ha renunciado debido a las fallas de seguridad e inteligencia del 7 de octubre de 2023, cuando miles de combatientes liderados por Hamás llevaron a cabo un asalto por tierra, mar y aire en el sur de Israel, arrasando con bases militares y comunidades.
En el ataque, el más mortal en la historia de Israel, murieron unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y los milicianos secuestraron a otras 250. Más de 90 siguen retenidas en Gaza, y se cree un tercio de ellas han muerto.
La renuncia de Halevi se produjo pocos días después de que se lograra un frágil cese al fuego con Hamás que podría llevar a un fin de la guerra y al retorno de los cautivos restantes. El mayor general Yaron Finkelman, jefe del Comando Sur de Israel, que supervisa las operaciones en Gaza, también presentó su renuncia.
Las dimisiones de los dos mandos militares probablemente aumentarán los llamados a una investigación pública sobre las fallas del 7 de octubre, algo que, según Netanyahu, debe esperar hasta que termine la guerra.
Halevi también parecía estar en desacuerdo con el nuevo ministro de Defensa, Israel Katz, por la dirección de la guerra. Anteriormente, dijo que Israel había logrado la mayoría de sus objetivos, mientras Katz repetía la promesa de Netanyahu de seguir luchando hasta lograr una “victoria total” sobre Hamás. Katz reemplazó al popular Yoav Gallant, a quien Netanyahu despidió en un anuncio sorpresa en noviembre tras crecientes desacuerdos sobre la guerra.
En su carta de renuncia, Halevi dijo que el Ejército, bajo su mando, “falló en su misión de defender al Estado de Israel” y señaló que las investigaciones militares sobre esas fallas estaban “actualmente en sus etapas finales”. Dijo que su renuncia entraría en vigor el 6 de marzo.
El cese al fuego que comenzó el domingo no se aplica a Cisjordania, donde Israel anunció una “operación militar significativa y amplia” contra combatientes palestinos en la ciudad de Yenín, sin dar más detalles. En los últimos años, la ciudad ha sido escenario de repetidas incursiones israelíes y enfrentamientos armados con milicianos, incluso antes del inicio de la guerra en Gaza.
El Ministerio de Salud palestino informó que 35 personas resultaron heridas en la operación. La fuente no distingue entre milicianos y civiles en su recuento.
Israel capturó Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este en la Guerra de los Seis Días de 1967. Los palestinos buscan un Estado independiente que abarque los tres territorios.
En Cisjordania, la violencia ha aumentado desde el inicio de la guerra en Gaza. Las tropas israelíes han llevado a cabo incursiones casi diarias que a menudo desencadenan enfrentamientos armados. También han crecido los ataques contra palestinos por parte de extremistas judíos, incluyendo una incursión en dos aldeas palestinas la noche del lunes, así como ataques palestinos contra israelíes.
Hamás condenó la operación israelí en Yenín, y llamó a los palestinos en Cisjordania a intensificar sus propios ataques.
La Yihad Islámica, un grupo armado más pequeño y radical, también condenó la operación, diciendo que refleja que “Israel no ha logrado alcanzar sus objetivos en Gaza”. Afirmó que también era un “intento desesperado” de Netanyahu para salvar su coalición gobernante.
Además de las presiones impuestas por las renuncias, Netanyahu enfrenta críticas de sus aliados de extrema derecha debido al cese al fuego. En éste se exige el retiro de las tropas israelíes de áreas pobladas en Gaza y se prevé la liberación de cientos de prisioneros palestinos, entre ellos, combatientes condenados por su participación en ataques mortales contra israelíes.
Se supone que el cese al fuego debe durar seis semanas y que se liberará gradualmente a 33 rehenes. Tres de ellos y 90 prisioneros fueron liberados el domingo, cuando entró en vigor. La próxima liberación se realizará el sábado.
Durante la tregua, Hamás volvió a las calles, mostrando que mantiene un firme control del territorio a pesar de los 15 meses de guerra, en la que han muerto decenas de miles de palestinos y que ha causado una gran devastación.
Uno de los antiguos socios de Netanyahu, Itamar Ben-Gvir, dejó el gobierno el día en que entró en vigor el cese al fuego, debilitando la coalición. Aun así, Netanyahu mantiene una mayoría parlamentaria. Otro líder de extrema derecha, el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, ha amenazado con dejar el puesto si Israel no reanuda la guerra después de la primera fase del cese al fuego, que termina en seis semanas.
La campaña militar de Israel ha provocado la muerte de más de 47.000 palestinos en Gaza, según autoridades sanitarias locales, que afirman que mujeres y niños constituyen más de la mitad de las víctimas mortales, pero no distinguen entre civiles y combatientes. Israel dice que ha abatido a más de 17.000 extremistas, sin proporcionar pruebas.
El Ministerio de Salud de Gaza dijo que, en las últimas 24 horas, se habían trasladado a hospitales 72 cuerpos, casi todos ellos recuperados de ataques previos al cese al fuego. Sigue siendo imposible acceder a número desconocido de cuerpos porque están en el norte de Gaza, donde el acceso aún está restringido, o en zonas de seguridad ocupadas por las fuerzas israelíes.
Las Naciones Unidas mencionaron la entrada de 900 camiones de ayuda a Gaza el lunes, en el segundo día del cese al fuego, un número significativamente mayor que los 600 camiones solicitados en el acuerdo, en una acelerada operación destinada a suministrar alimentos, medicinas y satisfacer otras necesidades que ha descrito como “impresionantes” para la población de más de 2 millones de personas.
“Lo más importante, queremos cosas que nos calienten en invierno”, dijo el martes Mounir Abu Seiam, uno de los muchos palestinos desplazados, mientras la gente se reunía en la ciudad sureña de Jan Yunis para recibir alimentos.
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Tufaha informó desde Yenin, Cisjordania. La periodista de The Associated Press Natalie Melzer en Nahariya, Israel, contribuyó a este despacho.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.