El director general de SpaceX, Elon Musk, ha estado obsesionado durante años con llevar al ser humano a Marte. El lunes, su proyecto recibió todo el apoyo del recién investido presidente.
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El presidente Donald Trump prometió en su discurso inaugural que “promoveremos nuestro destino manifiesto hasta las estrellas, llevando a astronautas estadounidenses que plantarán la bandera de las barras y las estrellas en el planeta Marte”.
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De pie y apenas a unos metros de distancia, Musk sonrió ampliamente y levantó los puños en el aire en señal de festejo.
El momento fue un claro ejemplo de la inusual asociación que el magnate tecnológico —quien tiene lucrativos contratos con el gobierno federal— ha establecido con el presidente entrante.
La floreciente relación quedó de manifiesto durante las ceremonias de investidura. Poco después de la toma de posesión, Musk pronunció un discurso en el que elogió a Trump, repitiendo su promesa de la llegada de la próxima “era dorada” para el país.
“Es gracias a usted que el futuro de la civilización está garantizado”, le dijo Musk a la multitud en el Capital One Arena.
En su plataforma de redes sociales X, Musk dejó en claro que está a favor del regreso de Trump al poder con una simple frase: “El retorno del rey”.
Durante la toma de posesión en la rotonda del Capitolio, Musk compartió una fila de asientos con otros magnates de la industria tecnológica, como el director general de Google, Sundar Pichai; y el CEO de Meta, Mark Zuckerberg. Todos estaban sentados detrás de la esposa del presidente entrante, Melania, y sus hijos, aunque el lugar de Musk estaba más cerca de Trump.
Poco después de que el hijo menor de Trump, Barron, ocupó su lugar en la segunda fila, dio la vuelta y le estrechó la mano a Musk, a quien se podía ver en el tiro de la cámara durante la ceremonia televisada. Poco antes, Trump y el propietario de Tesla habían compartido un efusivo abrazo.
Musk aportó alrededor de 200 millones de dólares para America PAC, un comité de acción política que realizó labores para organizar el apoyo a Trump durante su campaña electoral.
La proximidad de tantas de las personas más ricas del mundo al gobierno entrante de Trump llevó a que el ahora expresidente Joe Biden lanzara una advertencia sobre la emergente oligarquía estadounidense de multimillonarios de la industria tecnológica.
Entre los proyectos que Trump le ha asignado a Musk está el de llevar las riendas de una operación conocida como Departamento de Eficiencia Gubernamental. El objetivo del grupo, que opera fuera del gobierno formal, es el de reducir la burocracia, regulaciones y gastos federales, en 2 billones de dólares, según la meta que se trazó Musk el año pasado, básicamente el tamaño del déficit.
Para realizar recortes de tal magnitud probablemente se requiera apuntar a programas como el Seguro Social y Medicare, así como despedir a cientos de miles de empleados federales. Aunque todavía optimista sobre la perspectiva de recortes a gran escala, Musk señaló a principios de este mes que el objetivo de 2 billones de dólares podría ser difícil de alcanzar.
“Creo que si vas por 2 billones, creo que podemos llegar a uno”, dijo Musk durante una sesión de preguntas y respuestas en X con el encuestador Mark Penn.
Desde la elección, Musk ha sido visitante frecuente en la finca de Trump en Florida, y ha participado en llamadas y reuniones con posibles miembros del gabinete y dignatarios internacionales.
También se le atribuye a Musk el haber ayudado a frustrar una propuesta presupuestaria bipartidista el mes pasado, en parte al publicar afirmaciones falsas en X, donde tiene más de 200 millones de seguidores.
La plataforma prácticamente ha dejado de lado las salvaguardas contra la desinformación y ha registrado un aumento en las teorías de conspiración y afirmaciones falsas desde que Musk compró la red social conocida previamente como Twitter hace casi tres años. Esto ha suscitado preocupaciones sobre cómo podría usarse para manipular la percepción pública, tomando en cuenta los vínculos de su propietario con el gobierno de Trump.
Durante su discurso , Musk apenas podía contener su entusiasmo.
“Viejo, no puedo esperar”, dijo. “Esto va a ser fantástico”.
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La periodista de Associated Press Ali Swenson, en Nueva York, contribuyó a este despacho.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
