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Nuevo plan de diagnóstico cambiaría los parámetros para definir la obesidad

Un grupo de expertos de todo el mundo ha propuesto una nueva forma para definir y diagnosticar la obesidad, reduciendo el énfasis en el controversial índice de masa corporal (IMC) con la esperanza de poder identificar de mejor forma a aquellas personas que necesitan tratamiento para la enfermedad provocada por el exceso de grasa corporal.

Según las recomendaciones dadas a conocer el martes por la noche, la obesidad ya no quedaría definida únicamente por el IMC —un cálculo de la altura y el peso de la persona— sino por una combinación de otras mediciones, como la circunferencia de la cintura, y evidencia de problemas de salud relacionados con los kilos de más.

Se calcula que la obesidad afecta a más de 1.000 millones de personas en todo el mundo. En Estados Unidos, alrededor del 40% de los adultos padecen de obesidad, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus iniciales en inglés).

“El objetivo de todo esto es obtener una definición más precisa para que podamos atender a las personas que en realidad necesitan de más ayuda", dijo el doctor David Cummings, un experto en obesidad de la Universidad de Washington y uno de los 58 autores del informe publicado en la revista The Lancet Diabetes & Endocrinology.

El informe presenta dos nuevas categorías de diagnóstico: obesidad clínica y obesidad preclínica.

Las personas con obesidad clínica cumplen con el IMC y otros parámetros de obesidad, además de que en sus casos existe evidencia de fallas en órganos, tejidos u otros problemas causados por el exceso de peso. Esto podría incluir enfermedades cardiacas, hepáticas o renales, hipertensión arterial, o dolor crónico severo de rodilla o cadera. Estas personas serían elegibles para recibir tratamiento, incluidas intervenciones de dieta y ejercicio, y medicamentos para la obesidad.

Las personas con obesidad preclínica corren el riesgo de padecer estas condiciones, pero no tienen ninguna enfermedad, según el estudio.

El IMC es considerado desde hace tiempo como una medición bajo la cual se puede exagerar o subestimar un diagnóstico de obesidad —el cual se define actualmente con un IMC de por lo menos 30. Pero las personas con exceso de grasa corporal no siempre tienen un IMC superior a 30, señala el informe. Y las personas con mucha masa muscular —jugadores de fútbol americano u otros deportistas— pueden tener un IMC alto a pesar de tener una masa grasa normal.

Según los nuevos criterios, alrededor del 20% de las personas que encajan en la definición actual de obesidad ya no estarían bajo esos parámetros, de acuerdo con un análisis preliminar. Y aproximadamente el 20% de las personas con efectos graves para la salud pero con un IMC más bajo ahora serían obesos clínicos, destacaron los expertos.

“No cambiaría drásticamente el porcentaje de personas definidas como obesas, pero diagnosticaría mejor a las personas que en realidad tienen un exceso de grasa de importancia clínica", dijo Cummings.

Las nuevas definiciones cuentan con el apoyo de más de 75 organizaciones médicas en todo el mundo, pero se desconoce qué tanto o qué tan rápido se pueden implementar. El informe reconoce que la implementación de las recomendaciones “conllevará costos e implicaciones significativas para la fuerza laboral”.

Un portavoz del grupo comercial de seguros de salud AHIP, anteriormente conocido como America’s Health Insurance Plans, dijo que “a estas alturas es demasiado pronto para evaluar cómo los planes incorporarán estos criterios en sus coberturas u otras políticas”.

Hay problemas prácticos a considerar, dijo la doctora. Katherine Saunders, una experta en obesidad en Weill Cornell Medicine y cofundadora de la empresa de tratamiento de obesidad FlyteHealth. Medir la circunferencia de la cintura suena simple, pero los protocolos difieren, muchos médicos no están capacitados con precisión y las cintas métricas médicas estándar no son lo suficientemente grandes para muchas personas con obesidad.

Además, determinar la diferencia entre la obesidad clínica y preclínica requeriría una evaluación de salud integral y pruebas de laboratorio, señaló.

“Para que se pueda adoptar de forma extendida un nuevo sistema de clasificación, también tendría que ser sumamente rápido, económico y confiable”, dijo.

Las nuevas definiciones probablemente sean confusas, destacó Kate Bauer, una experta en nutrición de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Michigan.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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