BEIRUT (AP) — El primer ministro designado de Líbano prometió el martes reconstruir al país tras la guerra entre Israel y el grupo libanés Hezbollah y la severa crisis económica que ha afectado a la pequeña nación.
Nawaf Salam habló después de reunirse con el nuevo presidente de Líbano, Joseph Aoun, quien asumió el cargo la semana pasada. Con la nominación de Salam y la confirmación de Aoun, Líbano, que ha sido dirigido por una administración provisional, ahora tiene un nuevo gobierno en espera por primera vez en dos años.
Después de la reunión, Salam dijo que no marginará a ningún grupo, una aparente referencia al grupo político-militar Hezbollah, que en años anteriores se opuso a su nombramiento como primer ministro y este año indicó su preferencia por otro candidato.
Hezbollah ha sido debilitado por su guerra de 14 meses con Israel, que terminó a finales de noviembre cuando entró en vigor un alto el fuego de 60 días mediado por Estados Unidos. La guerra dejó 4.000 personas muertas y más de 16.000 heridas y causó destrucción por cientos de millones de dólares.
Salam, quien actualmente es el jefe de la Corte Internacional de Justicia, dijo que trabajará en extender la autoridad del Estado en todas partes del país. El lunes ganó el apoyo de la mayoría de los legisladores, después de lo cual Aoun le pidió formalmente que formara un nuevo gobierno.
Durante los últimos años, Hezbollah y sus aliados han bloqueado a Salam como primer ministro, presentándolo como un candidato respaldado por Estados Unidos.
“Ha llegado el momento de decir, basta. Ahora es el momento de comenzar un nuevo capítulo”, agregó Salam, diciendo que la gente en Líbano ha sufrido mucho debido a “la última brutal agresión israelí sobre Líbano y debido a la peor crisis económica y políticas financieras que han empobrecido a los libaneses”.
Décadas de corrupción y parálisis política han dejado a los bancos de Líbano apenas funcionales, mientras que los servicios eléctricos están casi enteramente en manos de propietarios de generadores diésel privados y proveedores de combustible. En 2020, la pandemia de COVID-19 golpeó aún más la economía, y la explosión del puerto de Beirut, una de las explosiones no nucleares más grandes jamás registradas, dañó gravemente varios barrios en el corazón de la capital.
Salam se comprometió a implementar completamente la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU relacionada con la guerra Israel-Hezbollah que establece que Israel debe retirar sus tropas del sur de Líbano y Hezbollah no debe tener presencia armada cerca de la frontera con Israel.
El primer ministro añadió que trabajará en extender la autoridad del Estado en todas partes de Líbano a través de “sus fuerzas”.
Añadió que trabajará para poner en marcha un programa para construir una economía moderna que ayudaría al país de 6 millones de personas, incluyendo 1 millón de refugiados sirios, a salir de su crisis económica que estalló en protestas en octubre de 2019.
Desde que comenzó la crisis económica, los gobiernos sucesivos han hecho poco para implementar reformas exigidas por la comunidad internacional que llevarían a miles de millones de dólares de inversiones y préstamos por parte de donantes extranjeros.
“Ambas manos están extendidas a todos ustedes para que todos avancemos en la misión de salvación, reformas y reconstrucción”, aseveró Salam.
Ni Salam ni Aoun, un comandante del ejército que fue elegido presidente la semana pasada, se consideran parte de la clase política que gobernó el país después del fin de la guerra civil de 1975-90.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.