BOGOTÁ (AP) — El secretario general de la ONU instó el lunes al gobierno colombiano y a la guerrilla Ejército de Liberación Nacional a que acuerden un nuevo cese al fuego en beneficio de las comunidades afectadas por el conflicto interno en el marco de las negociaciones de paz que atraviesan momentos de crisis.
“Hago un llamado a las partes para que establezcan un nuevo cese al fuego lo antes posible, con un mecanismo sólido de monitoreo y verificación y un alcance suficientemente amplio para mejorar la seguridad de las comunidades”, señaló el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, en un informe de la misión del organismo en Colombia.
La misión de la ONU en Colombia acompaña la mesa de negociación que sostiene el gobierno de Petro con el ELN desde noviembre de 2022 y ha sido parte del mecanismo de monitoreo del cese al fuego. También verifica la implementación del acuerdo de paz firmado en 2016 entre el Estado y la extinta guerrilla Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
Cada trimestre, el secretario de la ONU emite un informe en el que da cuenta de dicha verificación que luego es presentado ante el Consejo de Seguridad.
El llamado llega luego de que culminara un cese al fuego unilateral decretado por la guerrilla que duró desde la medianoche del 23 de diciembre hasta el 3 de enero como un “un gesto de paz” en medio de las festividades de fin de año. Antes, las partes mantuvieron un cese al fuego de un año que culminó en agosto de 2024, el más largo logrado en una negociación de paz entre el Estado y la guerrilla alzada en armas desde 1964.
El informe de la ONU advirtió que, sin el cese al fuego, los casos de enfrentamiento entre las partes “aumentaron significativamente en comparación con el bajo número observado durante el año que duró el cese al fuego”.
Pero el cese al fuego no volvió a reanudarse en agosto de 2024 por diferencias entre las partes que surgieron meses atrás por un diálogo alterno abierto por el gobierno con una antigua facción del ELN denominada “Comuneros del Sur”, lo que fue considerado por la guerrilla como “juego sucio” y un intento de dividirla.
La crisis se acentuó cuando el gobierno de Gustavo Petro decidió suspender desde septiembre las negociaciones como protesta a un ataque con explosivos del ELN contra una unidad militar que terminó con la vida de tres uniformados.
En noviembre pasado, las partes sostuvieron dos reuniones en la capital de Venezuela —uno de los países garantes del diálogo junto a Cuba y México— en el que intentaron superar las dificultades y acordaron implementar una nueva metodología para el diálogo en la que se implemente todo lo que se acuerda.
Las partes acordaron reencontrarse a mediados o finales de enero en un intento por activar plenamente las negociaciones y evaluar la reanudación del cese al fuego.
Guterres saludó la intención de las partes de avanzar en la negociación estancada para prosperar lo más rápidamente posible en los próximos meses de negociación. “Las insto a que consoliden el progreso alcanzado y mantengan la vista puesta en el objetivo global de la paz”, señaló.