MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
El Gobierno del Reino Unido ha querido atajar este jueves la tormenta que en las últimas sesiones parecía cernirse sobre los bonos soberanos y la divisa británicas al subrayar que los mercados de deuda funcionan con normalidad y subrayando que el cumplimiento de las reglas fiscales "no es negociable".
Si primero era este martes el interés de los bonos británicos (gilts) con vencimiento a 30 años el que se disparaba a máximos desde 1998, posteriormente el rendimiento de la deuda pública del Reino Unido a diez años llegaba a subir a su nivel más alto desde 2008, mientras que la cotización de la libra se debilitaba a mínimos de noviembre de 2023 frente al dólar, con una depreciación superior al 4% en un año.
En respuesta a una pregunta de la oposición en una sesión parlamentaria, el secretario del Tesoro del Reino Unido, Darren Jones, la mano derecha de la ministra de Finanzas británica, Rachel Reeves, ha asegurado que los movimientos en los últimos meses en los mercados financieros han sido impulsados en gran medida por los datos y los eventos geopolíticos globales.
"Los mercados de 'gilts' del Reino Unido continúan funcionando de manera ordenada", ha afirmado Jones, destacando que la demanda subyacente de la deuda británica "sigue siendo fuerte" y cuenta con una base de inversores diversificada, además de recordar que la última subasta celebrada "recibió tres veces más demanda que la cantidad ofrecida".
De este modo, ha evitado realizar más comentarios sobre las potenciales implicaciones para la economía del Reino Unido de un cambio en el panorama de los mercados financieros, limitándose a recordar que el Gobierno ha encargado a la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR) una previsión económica y fiscal actualizada para el próximo 26 de marzo, que incorporará los datos más recientes.
"Sólo la previsión de la OBR puede predecir con precisión el efecto sobre las finanzas públicas de cualquier cambio en los mercados financieros o en la economía, y no me adelantaré a su previsión", ha apuntado Jones, añadiendo que "no debe haber ninguna duda sobre el compromiso del Gobierno con la estabilidad económica y unas finanzas públicas sólidas". "Por eso el cumplimiento de las normas fiscales no es negociable", ha apostillado.
Asimismo, el secretario del Tesoro no ha querido dejar pasar la oportunidad de criticar la herencia recibida del anterior Gobierno 'tory' al que acusa de "hundir la economía" con bajadas de impuestos no financiadas, recortes del gasto público poco realistas y una clara indiferencia por las consecuencias para las familias "que todavía pagan el precio de su desastroso desempeño en la economía con hipotecas y facturas más elevadas".
De este modo, ha defendido que el Gobierno laborista ha dejado al descubierto el "agujero negro" de 22.000 millones de libras (26.445 millones de euros) en las finanzas públicas y lo ha abordado con el Presupuesto de otoño, protegiendo a los trabajadores e invirtiendo en el Sistema Nacional de Salud y en las escuelas "limpiando el lío en el que el Partido Conservador dejó al país".
"Esto contrasta marcadamente con el horror negligente y vergonzoso del espectáculo circense que el Partido Conservador desató en el país cuando estaba en el Gobierno hace unos años", ha concluido su intervención.