BOGOTÁ (AP) — Al presidente izquierdista Gustavo Petro le espera un año decisivo para dar continuidad a su proyecto político en Colombia, que deberá defender en medio de investigaciones y un ambiente preelectoral que suele crispar la política en el país sudamericano.
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“El año entrante tendremos el golpe parlamentario", vaticinó Petro en uno de sus mensajes de X, antes Twitter. “Buscaré impedirlo para tranquilidad de la sociedad. Si sobreviene, el pueblo debe estar listo a defender el voto popular”, advirtió.
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El mandatario aludió a las investigaciones sobre la campaña electoral con la que llegó al poder en 2022 y que, considera, son la vía institucional que usarían sus opositores para sacarlo del poder a través de un eventual juicio político que sería inédito en la historia reciente del país.
El próximo año será clave en esos procesos, bien sea para que avancen o caduquen, y según analistas podrían ser utilizados políticamente tanto por el “petrismo” como por la oposición con miras a las elecciones legislativas y presidenciales de 2026.
Por un lado, el Consejo Nacional Electoral (CNE) investiga la campaña presidencial de Petro por presuntamente violar los topes de financiación en hasta 1,2 millones de dólares. De llegar a una sanción, el CNE puede imponer multas contra quienes administraron la campaña y remitir el caso del presidente al Congreso —el único que puede enjuiciarlo por su fuero presidencial—. En caso de que no avance, la investigación caducaría en junio de 2025.
Petro también es investigado por presuntas irregularidades en su campaña por la Comisión de Investigación y Acusación de la Cámara de Representantes, que hace las veces de fiscalía para los aforados y que podría llevarlo a un juicio político que como última consecuencia lo apartaría de su cargo.
En las últimas tres décadas ningún presidente colombiano ha salido de su cargo como consecuencia de un juicio político en el Congreso. Aún así, Petro ha tomado la posibilidad en serio y la ha usado como parte de su discurso.
Petro, un curtido político que en su juventud fue guerrillero, está acostumbrado a defenderse, tanto así que cree que llegó a ser el primer gobernante de izquierda en Colombia en parte gracias a que un procurador conservador lo destituyó en 2013 como alcalde de Bogotá y lo inhabilitó por 15 años para ejercer cargos públicos. Luego de una larga pelea judicial la Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró en 2020 responsable a Colombia por violaciones a los derechos políticos de Petro.
“Lo mejor que le podría pasar a Petro es que la investigación llegara a plenaria (de la cámara), porque si hay alguien que ha sabido manejar la victimización hasta convertirla en una herramienta electoral, ése es Petro”, señaló a The Associated Press Carlos Andrés Arias Orjuela, consultor en comunicación política.
Pero la oposición también lo podría utilizar políticamente como una forma de acentuar las críticas al gobierno y sumar réditos con miras a las elecciones de 2026, agregó Arias Orjuela.
Desde el opositor Centro Democrático, el representante a la cámara Christian Garcés Aljure cree que hay un interés en dilatar la investigación contra Petro y que la conformación del grupo de investigadores está “sesgada en beneficio” del presidente. Por eso ha intentado recusar sin éxito a uno de los congresistas más cercanos al mandatario que participa en la comisión.
Según los cálculos de Garcés Aljure, la comisión debería llevar el caso al pleno de la cámara en el primer semestre de 2025.
"Esto lo que genera en el gobierno es una deslegitimación de su mandato que, sumado a los casos de corrupción —especialmente de compra de congresistas para aprobar las reformas— debilitan el liderazgo del gobierno", dijo Garcés Aljure a AP.
El Congreso también adquirirá en 2025 su propia dinámica: por ser un año preelectoral los congresistas se abocarán a las campañas para reelegirse y legislarán con miras a garantizarse votos. El gobierno no goza de mayorías y el Congreso tiene en sus manos tanto las investigaciones como la posibilidad de aprobar o negar las reformas sociales de Petro, vitales para su proyecto político.
Yann Basset, profesor de Ciencia Política de la Universidad del Rosario, consideró que en ese contexto no avanzarían contundentemente las acusaciones contra Petro. “Un enfrentamiento duro sobre este tema con el presidente de por medio no creo que les sirva a los congresistas, sobre todo porque el presidente conserva cierta popularidad, su imagen es negativa pero tampoco está por el piso”, explicó a AP.
Sin embargo, para Basset las acusaciones que rodean la campaña electoral de Petro serán un “caballito de batalla” de la oposición contra la izquierda, que tendrá como principal reto sobrevivir como fuerza política importante después del gobierno de Petro.
La izquierda lo sabe y recientemente anunció que se está organizando en un único movimiento político con miras a las elecciones.
“Tenemos el propósito de defender lo que hemos hecho en este gobierno y, si es el favor popular, ganar en 2026 y crear un partido que tenga una vocación más allá de lo electoral”, afirmó a AP el senador oficialista Iván Cepeda.
Con menos de la mitad de su mandato por delante, Petro ha dicho que su ambicioso proyecto político para disminuir la desigualdad necesita más tiempo pero que no se quedará en el poder más de lo permitido por ley, como teme la oposición.