MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
Así lo han sostenido fuentes de Inteligencia rusas después de que Sandu instara a poner en marcha una operación militar para tomar el control de Transnistria y un plan para retirar al contingente de paz desplegado en la zona por Rusia.
"Muchos se preguntan cuánto soportará el pueblo moldavo los experimentos de la rumana Sandu, muchos de los cuales recuerdan los combates del 92 o se vieron involucrados en ellos", señala el Servicio de Inteligencia en declaraciones a medios rusos.
En este sentido, ha acusado a la presidenta moldava de exigir tomar "mediante la violencia la central termoeléctrica de Cuciurgan", ubicada en la región y que abastece de electricidad a la práctica totalidad del país. No obstante, dicha planta funciona gracias al gas que procede de Rusia a través de Ucrania.
Las autoridades ucranianas se han negado a prolongar el tránsito del gas a partir de enero, lo que podría dejar la central sin combustible y provocar una crisis a nivel interno. La Inteligencia rusa asegura que Sandu "evita debatir este asunto" con Kiev a pesar de su importancia.
CRISIS MOLDAVA
Los resultados de las elecciones presidenciales de octubre en Moldavia y el referéndum sobre la reforma constitucional con la que el Gobierno buscaba blindar la senda hacia la adhesión a la Unión Europea arrojan nuevos datos sobre un país fuertemente dividido bajo la creciente influencia de Rusia, que ha visto cómo Chisináu se ha ido acercando a Bruselas a medida que avanza la invasión de Ucrania.
El país del este de Europa, que cuenta con apenas 2,5 millones de habitantes y una región separatista prorrusa, ha atravesado altibajos en sus relaciones con Moscú en numerosas ocasiones desde la Guerra Fría. Si bien la política moldava ha concentrado sus esfuerzos en torno a ideas más occidentales desde que la actual presidenta llegó al poder en 2020, Rusia sigue manteniendo más de un millar de efectivos en Transnistria y trata de mantener su influencia en la zona.
Esta región, gobernada desde hace décadas por líderes independentistas, supone una dolor de cabeza para el Gobierno molvado. La zona ha sido utilizada en mayor medida por Rusia para ejercer presión sobre el Gobierno de Moldavia, especialmente durante los últimos dos años y aprovechando que muchos moldavos siguen mirando a Moscú con buenos ojos.