MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
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En concreto, el LHAASO detectó la luz de mayor energía del universo: un puñado de fotones de rayos gamma que alcanzan energías de más de un petaelectronvoltio (PeV). Sin embargo, según ha especificado Science, el observatorio no capta rayos gamma directamente, sino lluvias de partículas subatómicas generadas cuando un rayo gamma de energía ultraalta impacta en la atmósfera superior.
Teniendo esto en cuenta, el astrofísico Ashot Chilingarian, director de la Estación de Investigación de Rayos Cósmicos Aragats, dijo el mes pasado en un estudio en 'The Astrophysical Journal Letters' que los "poderosos" campos eléctricos de una tormenta eléctrica pueden intensificar esas lluvias de partículas, lo que provocaría que los astrónomos del LHAASO sobrestrimaran la energía del rayo gamma original. Por ello, pidió que LHAASO publicara los datos meteorológicos asociados con sus afirmaciones sobre rayos gamma para demostrar que las tormentas eléctricas no están confundiendo las mediciones.
En septiembre, presentó junto a colegas pruebas de que los campos eléctricos en las tormentas eléctricas podrían ser más fuertes de lo que se creía anteriormente basándose en un análisis de 56 tormentas eléctricas en un observatorio situado en la cima de una montaña en Armenia. En este nuevo estudio, el experto y la investigadora Mary Zazyan, del Instituto de Física de Ereván, modelaron el efecto de un campo eléctrico de este tipo en una lluvia de partículas en LHAASO y descubrieron que aumentaba la cantidad de partículas de alta energía de forma significativa. Según defendieron, esto haría que los investigadores sobrestimaran enormemente la energía de la fuente de rayos gamma.
Además, Johannes Knapp, físico de astropartículas del DESY, un laboratorio de física de partículas en Alemania, ha afirmado que los efectos de las tormentas eléctricas son "plausibles" y que los astrónomos del LHAASO y otros observatorios de rayos gamma de gran altitud deberían tenerlos en cuenta. "Si por casualidad algunos de estos eventos ocurren durante una tormenta eléctrica, las partículas de la lluvia podrían amplificarse por un factor de 10 o 100", ha puesto como ejemplo.
Por su lado, el portavoz de LHAASO, Zhen Cao, ha afirmado que su equipo ya monitorea el clima y despliega antenas para medir los campos eléctricos atmosféricos. A su vez, ha puntualizado que no ve una "conexión obvia" entre los eventos de rayos gamma PeV y las tormentas eléctricas y que, de todos modos, las tormentas eléctricas son relativamente raras en las montañas del Tíbet.
Kelly Malone, científica del Laboratorio Nacional de Los Álamos (LANL) y miembro de la colaboración HAWC, ha explicado que los investigadores del Observatorio Cherenkov de Aguas a Gran Altitud (HAWC) de México también monitorean los campos eléctricos y verifican sus datos para detectar tormentas que puedan causar confusión. En este sentido, ha incidido en que los rayos gamma de energía ultraalta se distribuyen de manera "uniforme" en el tiempo a lo largo de sus datos, "lo que no sería cierto si se atribuyeran a tormentas eléctricas".
Por su parte, Pat Harding, un científico del LANL que lidera la colaboración de HAWC, ha reconocido que una razón "más mundana" para que se dude sobre si las tormentas eléctricas estén contaminando los eventos de rayos gamma de HAWC es que el equipo, a menudo, no guarda los datos durante condiciones meteorológicas extremas. "La razón principal para eso, honestamente, es que nuestro experimento a menudo se interrumpe durante las tormentas eléctricas", ha admitido.
Además, ha recalcado que no le importa que las detecciones récord de LHAASO sean objeto de un escrutinio adicional ya que "en los casos en los que hay solo uno o dos eventos específicos que generan mucho entusiasmo" hay que "abrirlo lo más posible para que la gente intente investigar".