MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
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Las elecciones acabaron con la victoria del partido del Gobierno, Sueño Georgiano, entre denuncias de fraude de la oposición. Desde entonces, la capital del país, Tiflis, ha sido escenario prácticamente diario de protestas contra el primer ministro y líder del partido, Irakli Kobajzide, acusado de haber orquestado esta manipulación con apoyo de Rusia, algo que el jefe del Gobierno niega tajantemente.
El informe presentado por la Oficina para las Instituciones Democráticas y los Derechos Humanos de la OSCE apunta que las elecciones "se celebraron en un contexto de graves preocupaciones por el impacto de una legislación recientemente aprobada sobre las libertades fundamentales y la sociedad civil, así como medidas para reducir la independencia de las instituciones que participan en el proceso electoral y una presión sobre los votantes".
El jefe de la misión electoral de la OIDDH en Georgia, Eoghan Murohy, apunta que los problemas señalados en el informe final "afectaron negativamente a la integridad de estas elecciones y erosionaron la confianza pública en el proceso".
Aunque los preparativos de los comicios de desarrollaron de la forma correcta, el día de las elecciones se produjeron "frecuentes violaciones del secreto del voto, varias inconsistencias de procedimiento y denuncias de presiones e intimidaciones", por mucho que la jornada ocurriera "en general de manera ordenada".
Además, la oficina de la OSCE lamenta el "impacto negativo de los medios de comunicación polarizados e instrumentalizados y de la limitada supervisión de la financiación de las campañas" antes de remachar que "muchas de las ventajas que obtuvo el partido gobernante, además de un desequilibrio significativo en los recursos financieros, contribuyeron a la desigualdad de condiciones".
