BRUSELAS, 12 (EUROPA PRESS)
En un discurso en un foro organizado por el 'think tank' Carnegie Europe en Bruselas, el líder de la OTAN ha apuntado a una escenario lleno de desafíos en el que Rusia, China, Irán y Corea del Norte tomarán nota del resultado de la guerra en Ucrania y en el que los europeos tienen que estar preparados para afrontar el peligro y repeler una futura guerra en territorio aliado. "No estamos en guerra, tampoco en paz", ha alertado.
Tras repasar los numerosos ataques híbridos sufridos por los aliados en los últimos años, entre ellos amplios ciberataques, atentados contra infraestructuras críticas, la instrumentalización de los flujos migratorios o los intentos de asesinato en territorio aliado, Rutte ha señalado que estos casos "no son incidentes aislados".
"Son el resultado de una campaña coordinada para desestabilizar nuestras sociedades y disuadirnos de apoyar a Ucrania", ha apuntado, asegurando que esta dinámica de la que ha responsabilizado a Rusia pero también a China quiere "llevar el frente a las puertas e incluso a los hogares" de los miembros de la OTAN.
En este sentido, Rutte ha enmarcado estas amenazas en los intentos de cambiar el orden mundial, algo que, a su juicio, comparten Rusia y China. "Tenemos que ser claros sobre las ambiciones de China, que está aumentando considerablemente sus fuerzas, incluidas sus armas nucleares, sin transparencia ni limitaciones", ha advertido, al tiempo que ha censurado a Pekín por "intimidar a Taiwán e intentar acceder a las infraestructuras críticas" europeas.
Por todo ello, el jefe político de la OTAN ha avisado de que la coalición formada por Rusia, China, Irán y Corea del Norte quiere "debilitar" a Norteamérica y Europa para romper el orden mundial salido de la Segunda Guerra Mundial. "Quieren mermar nuestra libertad y remodelar el orden mundial. No para crear uno más justo, sino para asegurar sus propias esferas de influencia", ha afirmado.
PASAR A UNA MENTALIDAD DE GUERRA FRENTE A LA AMENAZA AL ORDEN MUNDIAL
Para Rutte, la situación en Ucrania y los ataques híbridos contra miembros de la OTAN son una muestra de que estos países están "poniendo a prueba" a Occidente y analizando la reacción que da a estas acciones. "No, no estamos en guerra. Pero tampoco estamos en paz", ha zanjado, en un discurso en el que ha cargado contra Pekín, precisamente en un momento en el que la OTAN viene advirtiendo ante la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos de que el escenario de seguridad europeo está vinculado al atlántico y al indo-pacífico.
La receta del secretario general de la OTAN ante este panorama de seguridad es que los aliados reaccionen e inviertan decididamente en Defensa, además de estar preparados para convivir con la amenaza rusa. Así frente a la amenaza de "una gran guerra en el territorio de la OTAN", ha instado a acometer un giro en la mentalidad del espacio euroatlántico para pasar a "una mentalidad de guerra" y "darle al turbo" en la producción de defensa y el gasto militar.
"No estamos preparados para lo que nos espera dentro de cuatro o cinco años. El peligro avanza hacia nosotros a toda velocidad", ha avisado, señalando que la situación en Ucrania podría repetirse en otra parte de Europa, por lo que independientemente de cómo se salde el conflicto, los europeos "no pueden estar seguros en el futuro a menos que estén preparados para afrontar el peligro".