OVIEDO, 3 (EUROPA PRESS)
Un número considerable de jóvenes corre el riesgo de desarrollar un trastorno de tipo psicótico y es sabido que, una vez que aparece, puede tener importantes consecuencias personales, familiares, educativas o sociales, más allá de los elevados costes sanitarios y económicos que conlleva la patología mental grave. Identificar los mecanismos implicados en alcanzar un estado de riesgo de psicosis en la adolescencia es, por tanto, clave para poder optimizar el foco de las intervenciones psicológicas preventivas en estos estadios tempranos.
Los autores del trabajo tratan de dar respuesta a la siguiente pregunta: ¿hacia dónde hay que mirar para detectar el riesgo de psicosis en la adolescencia? Mercedes Paino, catedrática del Departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo, explica que no existe una respuesta única. "La delimitación del llamado estado de alto riesgo clínico de psicosis --CHRp, por sus siglas en inglés-- se caracteriza por la gran variedad de síntomas evaluados desde diferentes enfoques del riesgo y la dificultad existente para detectar los estadios clínicos más alejados del inicio del cuadro clínico", subraya.
Los investigadores recuerdan que la mayoría de los estudios se han centrado en la detección de los llamados síntomas pseudopsicóticos o síntomas psicóticos subclínicos, tales como experiencias perceptivas anómalas (por ejemplo, "escuchar como si alguien me hablase"), suspicacia (como creer que "alguien me la tiene jurada"), o pensamiento mágico (creer en la telepatía, o la clarividencia). Contrariamente a lo que pueda pensarse, estos síntomas constituyen un fenómeno bastante común en la población general (en torno a un 5%, según estudios recientes).
Los autores de este trabajo apuntan además que la revisión de otras investigaciones, también recientes, parece indicar que las muestras de alto riesgo clínico de psicosis podrían ser bastante heterogéneas; consisten en jóvenes con patologías mentales comunes (por ejemplo, depresión, ansiedad o consumo de cannabis), o jóvenes que hayan estado expuestos a factores de riesgo de tipo ambiental (por ejemplo, haber experimentado un trauma, o bajo estatus socioeconómico familiar), junto con esas experiencias más de tipo psicótico.
UNA MUESTRA DE MÁS DE 1800 ADOLESCENTES
Los investigadores de la Universidad de Oviedo han desarrollado un modelo predictivo del riesgo de psicosis en la adolescencia gracias al estudio de una muestra representativa de 1.824 adolescentes de la población general, seleccionada mediante procedimiento de muestreo probabilístico por aulas, facilitado por la Consejería de Educación del Gobierno del Principado de Asturias.
Los participantes tenían edades comprendidas entre los 14 y los 19 años y la distribución por sexos era de cerca de un 46% chicos y 54% chicas. La nacionalidad se utilizó como indicador indirecto del estatus migratorio, tomado como base en estudios previos.
Diferentes test y escalas, todos ellos breves y validados, fueron utilizados para realizar un screening de experiencias y fenómenos tempranos de tipo psicótico, así como de condiciones ambientales de riesgo y medidas de otros síntomas psicopatológicos.
Para la identificación de los casos de alto riesgo clínico de psicosis, los investigadores han empleado una herramienta metodológica desarrollada previamente por el mismo equipo de investigación: un algoritmo de detección de riesgo de psicosis en la adolescencia, que combina síntomas de las principales aproximaciones al riesgo clínico de psicosis.
Esta herramienta permite identificar tres posibles vías de riesgo considerando la gravedad de distintos tipos de síntomas prepsicóticos: vía 1: síntomas de tipo psicótico o de ultra-alto riesgo, vía 2: dificultades sutiles para organizar ideas, concentrarse o comprender, y vía 3: alteraciones en la percepción de la propia identidad.
En base al algoritmo, 68 casos de adolescentes (casi un 4% de la muestra, fueron identificados como de alto riesgo clínico de psicosis, y en torno a un 25% de la muestra manifestó algún tipo de síntoma de riesgo. Además, en porcentajes redondeados, el 39% de los adolescentes refirió experimentar malestar asociado a alguna experiencia traumática; en torno a un 5% indicó un bajo rendimiento académico; y casi un 3% de las familias tendrían problemas socioeconómicos.
Las medidas psicopatológicas indicaron que 312 (17,6%) manifestaba síntomas depresivos y, cerca de un 25%, síntomas de ansiedad. 50 participantes (sobre un 10%) habían consumido cannabis en el último mes.
RIESGOS AMBIENTALES Y PSICOPATOLÓGICOS
Los investigadores trataron de determinar las fuerzas de las asociaciones entre el riesgo de sufrir psicosis y las variables de tipo ambiental y psicopatológico evaluadas. "Nuestros resultados mostraron correlaciones estadísticamente significativas entre el riesgo clínico de psicosis y todos los factores de riesgo de tipo ambiental analizados, siendo la correlación más alta el trauma temprano", afirma Ana González, profesora del Departamento de Psicología.
"Además, el bajo rendimiento académico y las dificultades socioeconómicas también se relacionaron con un mayor riesgo de psicosis. "Con respecto a la patología común, los distintos síntomas y procesos afectivos evaluados también mostraron asociación con el estado de riesgo clínico de psicosis", añade esta investigadora.