MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
"Hay varias teorías de compensación biológica y de velocidad de envejecimiento que demuestran que la capacidad de tener hijos más tarde es un indicador de senescencia tardía o prolongada, es una constatación de un estado biológico", ha explicado García Sagredo en el marco de la Semana Marañón organizada por la Fundación Ortega-Marañón con la colaboración de la RANME y otras entidades.
Según el experto, esta esperanza de vida se traduce en menos probabilidades de morir temprano por una enfermedad y "no es cuestión de cuándo se decide la edad para tener hijos, sino de la capacidad de tener hijos tarde, que no todas las mujeres la tienen, y forma parte de su constitución biológica".
El indicador biológico de senescencia tardía es "tener la capacidad de tener un hijo a los 35 años porque su biología es beneficiosa desde el punto de vista del envejecimiento", aclara el especialista. No obstante, aunque para lograr esta mayor esperanza de vida influyen ciertos factores genéticos, destaca que es "esencial llevar un estilo de vida saludable donde haya hábitos de alimentación y ejercicio físico correctos y con poco estrés metabólico".
Asimismo, asegura que la supervivencia tras la menopausia, privilegio de los humanos y ballenas, es cada vez mayor. "El aumento de la supervivencia tras la menopausia forma parte de la evolución, ya que se van seleccionando los genes de senescencia tardía. La selección es una adaptación al medio, sobreviven aquellos que tienen genes mejor adaptados al medio en el que viven, pero esto tarda bastantes generaciones en ocurrir", ha detallado.
"Los hermanos varones cuyas hermanas dieron a luz a una edad tardía tienden a tener una esperanza de vida significativamente más larga. Esto sugiere que el vínculo entre la fertilidad prolongada y la longevidad tiene un componente genético. Los hermanos comparten el 50 por ciento de sus genes, luego los genes positivos para una mayor esperanza de vida están compartidos", ha finalizado.
UNA SEMANA DEDICADA AL LEGADO DEL DOCTOR GREGORIO MARAÑÓN
La Fundación Ortega-Marañón celebra un año más la Semana Marañón con la colaboración de la RANME y otras entidades con el objetivo de crear un lugar de encuentro y conversación sobre salud, medicina, cultura y humanidades.
"El doctor Marañón fue un ejemplo de médico, científico y humanista en su época, pero también lo es hoy en día, ya que representa una motivación para las nuevas generaciones de profesionales a la hora de buscar la verdad científica y el compromiso con la sociedad", ha afirmado Gregorio Marañón y Bertrán de Lis, presidente de la Fundación y nieto directo del médico homenajeado.
Gregorio Marañón fue un médico internista, escritor, humanista y pionero de la endocrinología y la medicina personalizada. Fue académico de número de la RANME ocupando el sillón 26 desde su ingreso en 1922 hasta su fallecimiento en 1960.