MADRID, 25 (EUROPA PRESS)
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Esto será así, según especifica el departamento que dirige Margarita Robles, mientras el Consejo de Ministros no proceda a la desclasificación de los documentos que pueda custodiar el centro del espionaje español.
Cuando la comisión de investigación cursó la petición de esta documento desde el Gobierno se avanzó que no tendrían problema en levantar el secreto sobre la información que pudiera custodiar el CNI pero, por el momento, no ha sido así.
El escrito del Ejecutivo, recogido por Europa Press, fue registrado en el Congreso el pasado viernes, 22 de noviembre, cuatro días antes de que este martes la comisión arranque su fase de comparecencias precisamente con el exdirector del Centro Nacional de Inteligencia Félix Sanz Roldán.
Fuentes parlamentarias consultadas por Europa Press reconocen que las explicaciones que pueda ofrecer Sanz Roldan podrían quedar mermadas por el hecho de que no se haya producido desclasificación alguna.
En previsión de que finalmente el Gobierno mantuviera como reservada la información que se le requirió, la comisión de investigación acordó en su plan de trabajo que si era necesario analizar material secreto se podría solicitar la convocatoria de la Comisión de Gastos Reservados que es, como recalca Defensa en la comunicación que ha enviado a la Cámara, la encargada de tratar con este tipo de documentos.
SANZ ROLDÁN COMPARECIÓ EN 2018 A PUERTA CERRADA
Esta comisión la preside quien ocupa la presidencia del Congreso y está compuesta por un diputado de cada grupo parlamentario, normalmente los portavoces. En su escrito, el Gobierno recuerda que Sanz Roldán ya acudió a ese órgano el 6 de marzo de 2018 para explicar si había existido alguna relación entre personas del CNI y el iman de Ripoll (Girona) Abdelbaki Es Satty, que falleció en la explosión que tuvo lugar en Alcanar (Tarragona) la víspera de los ataques.
El excomisario José Manuel Villarejo, quien ha sido citado a comparecer el 4 de diciembre, fue quien alentó la teoría de que los atentados yihadistas fueron en realidad un "error de cálculo" del CNI para "asustar" al Gobierno independentista de Carles Puigdemont, pues los servicios de inteligencia tenían entre sus confidentes al imán de Ripoll. Según sus tesis, todo "se les fue de las manos", una versión que desde Junts siempre se ha dado por verosímil.