BOGOTÁ (AP) — En 1708 el galeón San José, cargado de mercancías de las Américas, se hundió en las aguas del Caribe cuando iba camino a Cartagena y fue atacado por una flota inglesa. Más de 300 años después, Colombia avanza en la investigación submarina que arroja pistas de las causas del naufragio.
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El equipo de investigación ha encontrado evidencias que pueden respaldar la hipótesis de que el galeón — que pertenecía a la armada española y fue atacado por una flota inglesa— no explotó, sino que pudo hundirse por otras causas, como una avería en su casco, informó el viernes el gobierno colombiano.
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Colombia inició desde mayo una exploración científica del mítico galeón, cuya ubicación es un secreto de seguridad nacional. En primer lugar, se busca hacer una caracterización de sus restos usando un robot operado remotamente para tomar imágenes a 600 metros de profundidad.
La expedición científica identificó más de 1.100 objetos y otras características estudiadas en el área arqueológica de la embarcación, dentro de un diámetro de aproximadamente 400 metros sobre el lecho marino.
Entre lo que se pudo identificar hay tazas de porcelana china y botijas de cerámica que estaban agrupadas, así como cañones y objetos que están en “su embalaje y posición original”, como edemas, con los que se hacían lavados intestinales.
“De haber sufrido una explosión, las evidencias mencionadas del naufragio del Galeón San José se encontrarían en un área mucho mayor, desagrupadas, más dispersas y con daños notables”, indicó el gobierno en un comunicado.
La versión más apoyada desde el hundimiento del galeón ha sido la de una explosión, basada en los testimonios de capitanes ingleses que fueron juzgados en una corte marcial dos meses después del naufragio.
El gobierno colombiano ha explicado, después de revisar expedientes históricos, que con la versión de la explosión, los capitanes buscaron liberarse de la responsabilidad de no haber cumplido su misión de tomar el cargamento.
Se cree que el galeón aún contiene un cargamento valorado en miles de millones de dólares, de monedas de oro y otras mercancías, por lo que ha sido perseguido por cazadores de tesoros.
Este año Colombia declaró el lugar del yacimiento como área arqueológica protegida por su importancia científica, en un intento por dar protección jurídica ante los cazadores de tesoros, al no permitir actividades de exploración con sensores remotos sin autorización del gobierno.
El país andino mantiene un litigio arbitral con la firma estadounidense Sea Search Armada, LLC, en la Corte Permanente de Arbitraje, por los derechos patrimoniales del galeón, debido a que alegan haber descubierto en 1982 el tesoro y reclaman 10.000 millones de dólares.
También se han dado tensiones con España que ha reclamado que se trataba de un buque “de Estado” y con los indígenas bolivianos Qhara Qhara, quienes también alegan ser dueños, debido a que presumen que parte del tesoro provenía del Cerro Rico de Potosí.
Colombia ha dicho que la investigación científica que adelanta no pretende buscar tesoros, sino comprender las prácticas socioculturales del Caribe de finales del siglo XVII e inicios del siglo XVIII.