BEIRUT (AP) — Un enviado de Estados Unidos regresó a Beirut el martes, donde los funcionarios libaneses han recibido con cautela una propuesta de alto al fuego entre Israel y Hezbollah. No había tal optimismo en la Franja de Gaza, donde el saqueo masivo de camiones de ayuda por parte de hombres armados agravó una ya severa crisis alimentaria.
PUBLICIDAD
Amos Hochstein, el principal representante del gobierno de Biden en asuntos de Israel y Líbano, llegó mientras los aliados de Hezbollah en el gobierno libanés señalaban que el grupo político y militar había respondido positivamente a la propuesta, que implicaría la retirada tanto de los milicianos como de las fuerzas terrestres israelíes de una zona de separación establecida por la ONU en el sur de Líbano.
PUBLICIDAD
No está claro cuán cerca están de alcanzar un acuerdo. La zona de separación estaría vigilada por miles de cascos azules adicionales de la ONU y tropas libanesas. Israel ha pedido un mecanismo de aplicación más fuerte, que podría incluir la capacidad de operar contra cualquier amenaza de Hezbollah, algo a lo que Líbano probablemente se opondrá.
Mientras tanto, en Gaza, el robo de casi 100 camiones cargados con alimentos y otra ayuda humanitaria durante el fin de semana hizo que los precios se dispararan y causó escasez en el centro de Gaza, donde la mayoría de los 2,3 millones de habitantes ha huido y cientos de miles están hacinados en campamentos de tiendas insalubres.
La crisis de hambre es aún más grave en el norte, donde Israel realiza una ofensiva de varias semanas que ha matado a cientos de personas y expulsado a decenas de miles de sus hogares. Los expertos dicen que ya podría haberse instaurado una hambruna allí.
El lunes, una multitud esperaba fuera de una panadería cerrada en la ciudad central de Deir al-Balah. Una mujer que había sido desplazada de la Ciudad de Gaza, que se identificó como Umm Shadi, dijo que el precio de la harina había subido a 400 shekels (más de 100 dólares) por bolsa, si es que se puede encontrar.
Nora Muhanna, otra mujer desplazada de la Ciudad de Gaza, dijo que se fue con las manos vacías después de esperar cinco horas por una bolsa de pan para sus hijos. “Desde el principio, no hay productos, y aunque estén disponibles, no hay dinero”, dijo.
Las Naciones Unidas dijeron que hombres armados robaron alimentos y otra ayuda de 98 camiones durante el fin de semana, el incidente individual más grande de este tipo desde el inicio de la guerra. No dijeron quién estaba detrás del robo.
El portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, dijo que el convoy de 109 camiones recibió instrucciones del Ejército israelí de que tomara una “ruta alternativa, desconocida” después de que la ayuda entrara a través del cruce de Kerem Shalom, y que los camiones fueron asaltados cerca del mismo cruce.
Israel ha acusado desde hace mucho a Hamás de robar ayuda, alegaciones que rechaza el grupo armado.
Al-Aqsa TV, un medio operado por los milicianos, dijo que las fuerzas de seguridad dirigidas por Hamás en Gaza habían emprendido una operación contra los saqueadores y mataron a 20 de ellos.
Bassem Naim, un alto funcionario de Hamás en el extranjero, dijo que los saqueadores eran jóvenes de tribus beduinas de la zona, y recalcó que no necesariamente representan a las tribus. Dijo que operan al este de Rafah cerca de posiciones militares israelíes.
El gobierno dirigido por Hamás tenía una fuerza policial de decenas de miles de agentes que mantenía un alto grado de seguridad pública antes de la guerra, pero han desaparecido de las calles en muchas áreas después de ser objetivo de ataques israelíes. Hamás dice que ha tomado medidas para prevenir tanto el saqueo como la especulación de precios en los mercados locales.
Hamas desencadenó la guerra en Gaza cuando sus combatientes irrumpieron en Israel el 7 de octubre de 2023, mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a unas 250. Alrededor de 100 rehenes siguen dentro de Gaza, de los que se cree que al menos un tercio están muertos.
La ofensiva de represalia de Israel ha matado a más de 43.800 palestinos, más de la mitad de ellos mujeres y niños, según las autoridades locales de salud, que no distinguen entre civiles y combatientes en su conteo. La guerra ha dejado gran parte del territorio en ruinas y ha obligado a alrededor del 90% de la población de Gaza de 2,3 millones de personas a huir, a menudo varias veces.
Hezbollah comenzó a disparar cohetes hacia el norte de Israel al día siguiente del ataque de Hamás, en lo que describió como un gesto de solidaridad con los palestinos y Hamás, un grupo militante respaldado por Irán. Israel realizó ataques aéreos de represalia, y la violencia en ese frente aumentó de forma gradual hasta estallar en una guerra total en septiembre.
Los combates han dejado más de 3.500 muertos y casi 15.000 heridos en Líbano, según el Ministerio libanés de Salud. También desplazó a casi 1,2 millones, o un cuarto de la población de Líbano. Del lado israelí, 87 soldados y 50 civiles han sido asesinados por cohetes, drones y misiles.
El gobierno de Biden ha pasado varios meses tratando de negociar un alto al fuegos en ambos frentes. Parece haber hecho algunos progresos en Líbano, mientras que las conversaciones sobre un alto al fuego y la liberación de rehenes retenidos en Gaza se estancaron durante el verano.
El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha prometido poner fin a las guerras en Oriente Medio sin decir cómo lo haría. Fue un firme partidario de Israel y su gobierno belicista durante su primer mandato.
___
Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.