Associated Press (AP) — Al despuntar el sol en una mañana reciente en una playa en el Pacífico de Panamá, un grupo de personas, entre ellos niños, asistió a la liberación de decenas de crías de tortuga. Los animalitos salieron de un recipiente y se desplazaron lentamente al mar dejando su huella sobre la arena.
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Una fundación de ambientalistas, que busca proteger las tortugas marinas en el país centroamericano que tiene costas en los océanos Atlántico y Pacífico, realiza esas liberaciones desde fines de agosto para ayudar a salvar a especies de tortuga en peligro de extinción.
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El sábado, liberaron 43 tortugas bebé al mar en Punta Chame y, el lunes, unas 173 más, en una actividad que atrae a familias y que se extiende hasta enero. Los esfuerzos que hace la Fundación Tortuguías no son nuevos ni los únicos en este país y la región. Y aunque los conservacionistas dicen que muchas de las crías no sobrevivirían, hay un puñado que sí lo logrará.
La fundación lleva trabajando en la conservación de las tortugas marinas unos 14 años y ha logrado liberar más de 485.000 neonatos en ese periodo, dijo a The Associated Press la ambientalista Kerya Hernández, una de las fundadoras de esa organización.
De acuerdo con investigaciones científicas, sólo uno de cada 1.000 sobreviviría a la edad adulta, pero que “es una motivación para continuar en esta ardua labor de conservar esta especie”.
Los neonatos liberados en playa de Punta Chame, a unos 165 kilómetros al oeste de Ciudad de Panamá por carretera, son de una especie de tortuga cuyo nombre científico es Lepidochelys olivacea, pero que se conoce más comúnmente como tortuga “Lora” por la forma de pico de su mandíbula, que facilita su alimentación.
El Ministerio de Ambiente de Panamá indicó en un reporte de junio de 2023 que la tortuga Lora y otras cuatro especies de tortugas marinas —Carey (Eretmochelys imbricata), Canal o baula (Dermochelys coriacea), Caguama o boba (Caretta caretta) y Verde o prieta (Chelonia mydas)— aparecen en la “lista roja” o en peligro de extinción de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que agrupa a gobiernos y organizaciones de la sociedad civil que tienen como objetivo proteger la naturaleza y conservar la vida en la Tierra.
También están en el Apéndice I de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres.
Hernandez señaló que, desde fines de agosto, se han realizado más de 45 liberaciones de tortuguitas en Punta Chame. Es decir, que se hacen cuatro o cinco veces por semana, en una actividad que se extiende hasta enero.
La Lora es considerada una de las tortugas marinas más pequeñas. Mide unos 65 centímetros de longitud y puede alcanzar hasta 50 kilogramos de peso. Su hábitat está en las aguas tropicales del Pacífico, Índico y Atlántico Sur. Prefiere alimentarse en aguas costeras, principalmente bahías y estuarios, según los científicos.
Las autoridades ambientales de Panamá dicen que tanto en el nido como en su camino hacia el agua, las tortugas bebés se exponen a muchos peligros, entre ellos, el atropello por personas o vehículos o ser cazadas por aves u otros animales. También pueden quedar desorientadas por culpa de la luz artificial. Hay personas, además, que se dedican a tomar los huevos de los nidos para venderlos.
El desove de estas tortugas ocurre entre junio y diciembre. Entonces, voluntarios de la fundación deben monitorear todas las noches para encontrar y reubicar los nidos con los huevos en viveros.
Con la reubicación “se reducen muchas de estas amenazas y te aseguras que la mayoría de los neonatos eclosionarán en los próximos 45-55 días”, aseguró Hernández.
Jesús Alberto García, quien vive en Ciudad de Panamá, se desplazó el fin de semana hasta Punta Chame con su esposa y sus dos hijos pequeños para participar por primera vez de la liberación de las crías de tortugas.
“Hacemos esto porque tenemos dos hijos y queremos sensibilizarlos con el tema del cuidado a la fauna”, destacó a la AP. “Nos ayuda a realizar poderosos ejercicios de reflexión sobre la vida: los desafíos que enfrentan (las crías de tortugas) ya al nacer, caminar al mar, esquivar depredadores...”, reconoció.
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Zamorano reportó desde Ciudad de Panamá.