ATLANTA (AP) — Tras perder la Casa Blanca y ambas cámaras del Congreso, los demócratas están lidiando con cómo manejar la política transgénero después de una campaña que incluyó ataques —a menudo severos y engañosos— del Partido Republicano sobre el tema.
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Hay muchas dudas luego que el presidente electo Donald Trump asegurara su victoria sobre la vicepresidenta Kamala Harris con promesas amplias sobre la economía y la inmigración. Pero los demócratas tampoco olvidarán pronto el golpe de los anuncios antitransgénero de Trump que se volvieron ubicuos para el día de las elecciones: “Kamala es por ellos/ellas; el presidente Trump es por ti”.
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“Semana tras semana, cuando ese anuncio impactó y se mantuvo y no respondimos, creo que fue el principio del fin”, indicó el exgobernador demócrata de Pensilvania, Ed Rendell, sobre el anuncio de 30 segundos que formó parte de los 215 millones de dólares en publicidad antitransgénero de Trump y los republicanos, según la firma de seguimiento AdImpact.
“La mostraron como algo que no creo que sea”, dijo Rendell. “La mostraron como una liberal de extrema izquierda”.
Las consecuencias dejan a algunos demócratas progresistas y moderados luchando entre la identidad moderna del partido como defensor de los derechos civiles y sus fortunas electorales en franjas de América con quienes esos ataques resonaron.
“Hay sólo un número de temas donde estamos desconectados”, afirmó el congresista Seth Moulton, un demócrata moderado de Massachusetts en una entrevista, días después que desencadenara recriminaciones dentro de su partido por decir que no quería que sus hijas enfrentaran en deportes a varones biológicos. Los críticos dijeron que Moulton hizo uso de los puntos de Trump sobre los liberales permitiendo “que los hombres compitan en deportes femeninos”.
“Creo que los republicanos tienen una posición odiosa sobre los temas trans”, resaltó Moulton a The Associated Press, pero insistió en que los demócratas aún pierden votantes debido a la “actitud” del partido.
“En lugar de hablarles de manera condescendiente y decirles qué creer”, argumentó, los demócratas deberían “escuchar a los estadounidenses trabajadores”.
Los defensores LGBTQ+, mientras tanto, están señalando que las elecciones de 2024 giraron más sobre temas económicos que sobre la retórica transgénero de Trump. Están instando a los líderes políticos a contrarrestar la desinformación que, según dicen, amenaza la salud y la seguridad de los estadounidenses transgénero, quienes constituyen menos del 1% de la población de Estados Unidos.
“Las personas trans han estado existiendo y coexistiendo”, recibiendo atención médica y participando en la sociedad durante años, dijo Sarah Kate Ellis, CEO de GLAAD, un grupo líder de defensa LGBTQ+. “No ocurrió nada nuevo”, dijo Ellis, aparte de que los republicanos los señalaran en un año de campaña presidencial.
“No cambió ni un voto”, argumentó Ellis. “Pero sí hizo el mundo mucho más peligroso para las personas trans”.
Otra legisladora demócrata de Massachusetts, la congresista Ayanna Pressley, no mencionó a Moulton, pero dijo que algunas reacciones a la elección “usaron de chivo expiatorio y deshumanizaron” a las personas transgénero.
“Esta congresista los ve y los ama”, escribió Pressley en la plataforma de redes sociales X.
Ciertamente es difícil, si no imposible, señalar problemas únicos que puedan inclinar una elección nacional, y hay hallazgos mixtos sobre lo que los votantes piensan respecto a los derechos transgénero.
Según AP VoteCast, una encuesta de más de 120.000 personas que emitieron votos este otoño, el 54% de los votantes en general dijo que el apoyo a los derechos transgénero en el gobierno y la sociedad ha ido demasiado lejos. Aproximadamente 2 de cada 10 dijeron que el apoyo no ha ido lo suficientemente lejos y otro 2 de cada 10 dijo que está bien. Pero entre los votantes de Trump, el 85% dijo que el apoyo transgénero había ido demasiado lejos.
Aún así, ligeramente más de la mitad de todos los votantes, el 52%, se oponen a prohibir el tratamiento médico afirmativo de género, como la terapia hormonal y los bloqueadores de pubertad, mientras que el 47% apoya tales propuestas.
Aproximadamente un cuarto de los votantes de Harris dijo que el apoyo a los derechos transgénero en el gobierno y la sociedad ha ido demasiado lejos. Aproximadamente 4 de cada 10 dijeron que ha sido adecuado y aproximadamente 4 de cada 10 dijeron que no ha ido lo suficientemente lejos.
Trump y los republicanos fueron implacables en tratar de capitalizar el tema. Se centraron en los atletas transgénero, con Trump etiquetando falsamente a dos boxeadores olímpicos como mujeres transgénero. Usaron los comentarios de Harris como candidata presidencial en 2019 —antes que se convirtiera en vicepresidenta— efectivamente para culparla por las leyes que otorgan atención médica transgénero a prisioneros y detenidos federales.
Y Trump afirmó repetida y falsamente que “tu hijo va a la escuela y regresa unos días después con una operación” cambiando su sexo.
En realidad, el gobierno del presidente Joe Biden ha sostenido que el Título IX prohíbe la discriminación basada en la orientación sexual y la identidad de género, pero las reglas del Departamento de Educación no abordan explícitamente a los atletas transgénero. La ley federal mencionada en los anuncios de Trump sí requiere que las personas bajo custodia del gobierno de Estados Unidos tengan acceso a tratamientos médicos afirmativos de género. Esas políticas estuvieron vigentes durante el mandato de Trump de 2017-21; no son algo que el gobierno de Biden haya instituido específicamente.
Y no es legal en ningún estado que una escuela determine y lleve a cabo un tratamiento quirúrgico para estudiantes menores.
“Se tiene que contraatacar” con esas explicaciones, dijo Moulton, agregando que el silencio agrava los efectos negativos para las personas transgénero. “¿Qué demostramos sobre nuestra voluntad de defender a las personas trans simplemente siendo silenciosos e ignorando el problema y no prestando atención al ataque?”
Aún así, Moulton dijo que los líderes demócratas en el Capitolio y en las legislaturas estatales deberían dar espacio a los funcionarios electos y votantes individuales para adoptar posturas más conservadoras, y defendió sus propios comentarios de que no quiere que sus hijas compitan en atletismo contra hombres.
“No quiero que las atropellen en un campo de juego por un atleta masculino o anteriormente masculino, pero como demócrata se supone que debo tener miedo de decir eso”, le dijo Moulton al New York Times la semana pasada.
Antes de renunciar a su puesto como presidente demócrata de Texas, Gilberto Hinojosa dijo que apoyar los derechos transgénero no necesariamente tiene que incluir fondos públicos para la cirugía de reasignación de género.
“Podemos decir, ‘Está bien, respetamos el derecho de las personas a decir, no quiero que mi dinero de los contribuyentes se use para eso’”, dijo Hinojosa a Texas Public Radio. Hinojosa luego se disculpó a través de las redes sociales, diciendo que los estadounidenses LGBTQ+ “merecen sentirse vistos, valorados y seguros en nuestro estado y nuestro partido”.
Ellis, la CEO de GLAAD, señaló que los votantes de Delaware eligieron hacer de la senadora estatal Sarah McBride la primera miembro transgénero del Congreso como prueba de que los estadounidenses “no odian a las personas trans”.
Por su parte, McBride, una demócrata de Delaware, señaló que no se postuló en función de su identidad, aunque no era un secreto, y en cambio habló con los votantes sobre “atención médica asequible, vivienda y cuidado infantil” para todos.
“El partido que se centró en las guerras culturales, el partido que se centró en las personas trans fue el Partido Republicano”, McBride dijo a los reporteros en el Capitolio después de su victoria. “Fue Donald Trump”, agregó, quien “intentaba dividir y distraer del hecho de que no tiene absolutamente ninguna solución política para los problemas que realmente mantienen a los votantes despiertos por la noche”.
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Levy reportó desde Harrisburg, Pensilvania. La periodista de The Associated Press Farnoush Amiri en Washington contribuyó a este despacho.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
