La marca inmaculada de los Chiefs enfrenta uno de sus mayores desafíos el domingo, cuando viajen a Buffalo. Para su suerte, los bicampeones vigentes están probado en el campo de batalla, montados en una racha de 15 victorias, 12 de las cuales se han definido por ocho puntos o menos.
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Pero Buffalo (8-2) es un animal diferente. Ha derrotado a Kansas City (9-0) en cuatro de sus últimos cinco enfrentamientos de campaña regular, tiene al menos 30 unidades en sus últimos cuatro encuentros de esta temporada y está equipado con una amplia baraja de opciones a la ofensiva para hacerles frente a unos Chiefs que ostentan la quinta mejor defensiva de toda la liga.
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La prueba tampoco es menor para unos Bills, que se encaminan sin complicaciones hacia su quinto título divisional con el margen más holgado en toda la NFL gracias en buena medida a un calendario que no ha presentado demasiados obstáculos: Sólo tres equipos que actualmente tienen registro positivo, dos de los cuales les propinaron sus únicos dos reveses de la temporada.
Los Chiefs son, por mucho, su prueba más complicada. Y todo es gracias a la presencia de Patrick Mahomes, el dos veces Jugador Más Valioso de la NFL que se siente más cómodo cuando la adversidad toca a la puerta. Incluso en el peor año estadístico de su ilustre carrera, pero con el respaldo de una gran defensiva, tiene a los Chiefs como el único conjunto invicto de la NFL.
Pero en cada compromiso de su racha de tres victorias sobre Kansas City en temporada regular, Buffalo ha sido capaz de contener al explosivo ataque de los Chiefs a 20 puntos o menos. En postemporada la historia es muy diferente.
Mahomes y los Chiefs han cortado las aspiraciones de campeonato de Buffalo en tres de los últimos cuatro años, y los Bills sólo pueden culparse a sí mismos.
Cabe recordar que los Bills cambiaron a Kansas City los derechos sobre la 10ma selección global del draft de 2017 con la que los Chiefs tomaron a cierto pasador egresado de Texas Tech y eventual poseedor de tres anillos de Super Bowl.
No hay nada que Buffalo pueda hacer sobre eso. La historia del domingo, sin embargo, está por escribirse y los Bills saben cómo derrotar a Kansas City, al menos en temporada regular. Todo empieza con el control del balón y en ese aspecto los Chiefs han sido particularmente descuidados, con un índice de -4 en intercambios de posesión, en buena parte gracias a las 9 intercepciones de su laureado quarterback.
No se puede decir lo mismo de su rival del domingo. Josh Allen, que en sus primeras seis temporadas acumuló 78 pases interceptados, tiene apenas 4 este año y sólo puede agradecerle a un ataque más balanceado y su contundencia en la zona roja, que lo han llevado a ir menos veces al aire.
Siempre que los Ravens y los Steelers se encuentran sobre un emparrillado, los golpes duelen más. Las huellas de la batalla quedan marcadas en la piel y la derrota cala más profundo. Todas esas sensaciones se multiplican cuando está en disputa la cima del Norte de la Conferencia Americana.
Baltimore se presenta en casa de su acérrimo rival como uno de los equipos más formidables de toda la NFL. Una ofensiva que encabeza a toda la NFL en puntos (31,8) y yardas (440,2). Asimismo, tiene entre sus filas a los favoritos en las casas de apuestas para Jugador Más Valioso, el quarterback Lamar Jackson, y para Jugador Ofensivo del Año, el running back Derrick Henry.
Decir que los Ravens son una potencia no es decir lo suficiente. Pero afirmar que son invencibles es ir demasiado lejos.
Para Baltimore no hay mejor parámetro que el partido del domingo, cuando tendrá enfrente no sólo a su más enconado rival, sino a un conjunto equipado con la segunda mejor defensiva de toda la NFL, con apenas 16,2 puntos admitidos en promedio y que, además, parece tener la fórmula secreta y patentada para detener a Jackson.
Pittsburgh ha ganado los últimos tres compromisos de la serie, en los que ha concedido apenas 11 unidades en promedio. Jackson cuenta con una marca de 2-4 como titular ante Pittsburgh y nunca ha tenido un partido con más de 81 puntos de rating.
Es toda una anomalía para un quarterback que tiene al menos 100 puntos de rating en ocho partidos consecutivos esta campaña.
Una defensiva más que porosa le ha dado tintes de drama a lo que debía ser una temporada dominante para Baltimore. Es la séptima en puntos admitidos, la tercera peor en tercer down y la última contra el pase. Eso le abre la puerta a un equipo de Pittsburgh que durante su racha de cuatro triunfos anota 30,8 unidades en promedio, la tercera cifra más alta de la liga en ese lapso.
La semana 11 de la NFL inicia el jueves con un duelo en la cima del Este de la Conferencia Nacional: la visita de los Commanders (7-3) a Filadelfia (7-2). Los Eagles admiten 13 puntos en promedio durante su racha actual de cinco victorias. Washington ha conseguido al menos 27 unidades en seis de 10 partidos esta campaña.
La acción continúa el domingo con los siguientes partidos: Packers (6-3) en Chicago (4-5); Jaguars (2-8) en Detroit (8-1); Raiders (2-7) en Miami (3-6); Rams (4-5) en N. Inglaterra (3-7); Browns (2-7) en Nueva Orleáns (3-7); Colts (4-6) en NY Jets (3-7); Minnesota (7-2) en Tennessee (2-7); Falcons (6-4) en Denver (5-5); Seahawks (4-5) en San Francisco (5-4); y Bengals (4-6) en LA Chargers (6-3).
La jornada concluye el lunes con la visita de los Texans (6-4) a Dallas (3-6). Con su derrota del domingo pasado, los Cowboys se convirtieron en el primer equipo en la historia en ponerse en desventaja de al menos 20 puntos en cinco partidos como local de manera consecutiva. Houston a perdido tres de sus últimos cuatro partidos, dos de ellos en la última jugada.
Giants (2-8), Cardinals (6-4), Buccaneers (4-6) y Panthers (3-7) tienen su semana de descanso.