AGUA CLARA, Brasil (AP) — La pérdida de bosques en la Amazonía brasileña disminuyó un 30,6% en comparación con el año anterior, informaron las autoridades el miércoles, lo que representa el nivel más bajo de destrucción en nueve años.
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En un lapso de 12 meses, la selva amazónica perdió 6.288 kilómetros cuadrados (2.428 millas cuadradas), aproximadamente el tamaño del estado estadounidense de Delaware.
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Los resultados contrastan marcadamente con los del predecesor del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el mandatario ultraderechista Jair Bolsonaro, quien dio prioridad a la expansión de la agroindustria sobre la protección forestal y debilitó a las agencias ambientales. Durante el gobierno de Bolsonaro, la deforestación alcanzó su nivel más alto en 15 años.
La deforestación en la vasta sabana de Brasil, conocida como el Cerrado, disminuyó un 25,7%, en lo que representa el primer declive en cinco años. El área destruida alcanzó los 8.174 kilómetros cuadrados (3.156 millas cuadradas). Ubicada en el centro de Brasil, es la sabana con mayor biodiversidad del mundo, pero tiene menos protecciones legales que la Amazonía.
A pesar de su éxito en lo referente a contener la deforestación amazónica, los ambientalistas han criticado al gobierno de Lula por apoyar proyectos que podrían perjudicar a la región, como el asfaltado de una carretera que atraviesa una zona de bosque virgen, la perforación petrolera en la desembocadura del río Amazonas y la construcción de un ferrocarril para transportar soya a puertos amazónicos.
El sistema de monitoreo de deforestación de Brasil toma registros desde el 1 de agosto hasta el 30 de julio, por lo que el informe del miércoles no incluye la destrucción de los últimos meses, en los que una sequía de proporciones históricas impulsó un aumento en los incendios forestales que consumieron una superficie más grande que Suiza.
Gran parte del daño causado por los incendios se clasifica como degradación y no como deforestación por tala rasa, ya que el fuego en la selva amazónica se propaga principalmente a través de las hojas en el suelo, y no a través de las copas de los árboles. Pero el impacto general se evaluará en los próximos meses a través de un monitoreo satelital más amplio. Las autoridades gubernamentales ya han expresado su preocupación de que la tasa de deforestación pueda aumentar el próximo año, mientras la ciudad amazónica de Belem se prepara para albergar la cumbre climáticos anual de la ONU, conocida como COP30.
La Amazonía, una superficie dos veces el tamaño de la India, alberga la selva tropical más grande del mundo, y dos terceras partes de ella se encuentran en territorio brasileño. Almacena enormes cantidades de dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero que causa el cambio climático. La cuenca también contiene aproximadamente el 20% del agua dulce del mundo y su biodiversidad incluye 16.000 especies conocidas de árboles.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de la AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.
