BOGOTÁ (AP) — La cúpula militar en Colombia defendió el martes los cambios en la estrategia militar que modifican los comandos especiales que hace dos décadas sirvieron para enfrentar especialmente a las guerrillas, luego de recibir críticas sobre su idoneidad cuando el país aún lidia con grupos armados ilegales.
“Las fuerzas militares no se debilitan, se fortalecen en el sentido de una respuesta más rápida, más efectiva en el territorio”, declaró a la prensa el comandante de las Fuerzas militares, almirante Francisco Cubides Granados.
Se trata de una resolución divulgada durante el fin de semana que aprueba reorganizar los comandos conjuntos y las fuerzas de tareas conjuntas, que combinaban al Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea bajo la cabeza de un comandante para atacar de manera unificada objetivos de alto valor y combatir grupos armados en las zonas más convulsas del país.
La resolución ordena suprimir fuerzas de tarea como la “Vulcano” que inició operaciones en 2012 en el Catatumbo, región fronteriza con Venezuela, dando de baja a varios cabecillas de la guerrilla Ejército de Liberación Nacional y de las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), disueltas en 2016 luego de firmar un acuerdo de paz con el Estado.
Juan Carlos Pinzón, quien fue ministro de defensa entre 2011 y 2015, cuestionó los cambios en los comandos conjuntos que él mismo activó cuando dirigió la cartera por considerar que ayudaron a recuperar los territorios que dominaban los armados en su momento.
“Queda la sensación que se están dejando desprotegidos territorios que hoy nuevamente están bajo el control de la criminalidad y el terrorismo, con las consecuencias nefastas que esto trae para la seguridad y la vida de sus habitantes”, reclamó Pinzón el lunes desde X, antes Twitter.
El ministro de Defensa, Iván Velásquez, aseguró que continuarán las operaciones en las que se coordinen las tres fuerzas militares, pero que con la nueva organización, cada comandate del Ejército, la Fuerza Aérea y la Armada asumirá el mando directo de las unidades que estaban bajo los comandos conjuntos y las fuerzas de tareas.
“Suprimir Intermediarios, suprimir trámites y darle el poder que le corresponde a cada comandante de fuerza es el objetivo fundamental de esta nueva forma de organización”, añadió Velásquez.
Se trata de uno de los principales cambios en la operatividad militar frente a los grupos armados en lo que va del gobierno del izquierdista Gustavo Petro, quien asumió en 2022, según dijo a The Associated Press Andrés Macías, investigador de conflicto y temas de paz de la Universidad Externado.
La expectativa, agregó el experto, es si lo que pretende ser una ventaja para dar agilidad a la respuesta en terreno, termine por ser una mayor desventaja cuando al momento de tomar una decisión tengan que esperar a que el comandante de cada fuerza la aprueben para ejecutar.
Para el comandante de las Fuerzas Militares, los cambios en la estrategia militar pretenden responder a las nuevas dinámicas de los grupos armados ilegales en el país.
“La amenaza ha cambiado. Nos corresponde migrar. Es una amenaza que se confunde con la población, se viste de civil, nos atacan desde las casas con fusiles y hay una gran cantidad de mutaciones en sus actividades criminales”, explicó Cubides Granados.
Aunque Colombia logró poner fin a la confrontación con las FARC, la que fuera la guerrilla más antigua de América Latina, con el acuerdo de paz de 2016, no terminó con la violencia. El vacío que dejó las FARC fue rápidamente llenado por otros grupos armados ilegales que se alimentan de las economías ilícitas como el narcotráfico y la minería ilegal.
“Las fuerzas de tarea sí lograron tener unos objetivos concretos y exitosos, muy impactantes contra estos grupos, sobre todo contra las FARC, que llevaron a que poco a poco se fueran debilitando militarmente”, indicó Macías. “Hay que reconocer que sí ha cambiado el contexto del momento en que se crearon esas fuerzas de tarea conjunta... hoy en día hay muchos más actores muy diferentes”, agregó.
Además de la ofensiva militar contra los grupos armados, el gobierno de Petro puso en marcha una política de “paz total” con la que adelanta diálogos de paz simultáneos con el ELN y las disidencias de las FARC fundadas por quienes no se acogieron al acuerdo de paz de 2016.