ATLANTA (AP) — Donald Trump ha hecho de su oposición a los derechos de las personas transgénero un tema central en su argumento final antes del día de las elecciones, y utilizó un lenguaje denigrante y tergiversaciones para referirse a una porción extremadamente estrecha de la población estadounidense como una amenaza a la identidad nacional. La campaña del expresidente y candidato republicano y de los comités de acción política alineados con él han gastado decenas de millones de dólares en publicidad que ataca a la candidata demócrata y vicepresidenta Kamala Harris por sus declaraciones previas en apoyo a los derechos de las personas transgénero. Sus discursos de campaña ahora incluyen un video de parodia en el que se burla de las personas trans y su lugar en el ejército estadounidense. El montaje, intercalado con clips de la película “Full Metal Jacket”, de la guerra de Vietnam, suele provocar fuertes abucheos en sus mítines, al igual que las afirmaciones falsas de Trump sobre las atletas y su imitación burlona de quien dice que es una mujer trans que levanta pesas. “Vamos a sacar … la locura transgénero de nuestras escuelas, y vamos a mantener a los hombres fuera de los deportes femeniles”, dijo Trump en su reciente mitin en el Madison Square Garden, lo que provocó un rugido de aprobación de la multitud de más de 20.000 personas. Su compañero de fórmula, JD Vance, afirmó el jueves que los adolescentes blancos de “clase media o media alta” pueden identificarse como transgénero para ingresar más fácilmente a las universidades de élite. Al hacerlo, Vance citó la ira conservadora sobre la acción afirmativa y otros programas dirigidos a grupos históricamente marginados. “¿Hay una dinámica en marcha en la que si te vuelves trans, esa es la manera de rechazar tu privilegio blanco?”, dijo Vance, cuando habló con el podcaster Joe Rogan. “Ese es el único distintivo social, el único que está disponible en la mentalidad híper ‘woke’ (consciente de la justicia social): convertirte en una persona de género no binario”. Aunque a menudo eclipsado por su énfasis en los inmigrantes, los exabruptos de Trump contra las personas LGBTQ parecen volverse más frecuentes y ominosos en los últimos días de la campaña, con la intención de agitar a sus partidarios de base y persuadir a los votantes más moderados que podrían no encajar con Trump en otros asuntos. Es parte de una campaña general en la que Trump ha impulsado su propia marca de ultramasculinidad, en la que recientemente se ha referido al presentador de CNN Anderson Cooper —quien es gay— como “Allison Cooper”, un nombre de mujer. Harris ha ignorado en gran medida los ataques de Trump, pero ha rechazado su caracterización de sus posturas y ha señalado que la política federal que da al personal militar estadounidense acceso a atención médica de afirmación de género y cirugía transgénero estuvo en vigor durante la presidencia de Trump. “Yo cumpliré con la ley”, dijo Harris en una entrevista con Fox News el 17 de octubre. “Y es una ley con la que Donald Trump de hecho cumplió. Probablemente estén familiarizado con ella ahora: es un informe público que, durante el gobierno de Donald Trump, estas cirugías estuvieron disponibles por razones de necesidad médica para personas en el sistema penitenciario federal”. En el pódcast “The Breakfast Club”, a principios de esta semana, agregó que Trump “vive en una casa de cristal” con sus ataques. Comparó la cantidad de personas involucradas: reportó que dos miembros de las fuerzas armadas estadounidenses han solicitado cirugía de cambio de género, mientras que millones de personas podrían ser despojadas de su seguro médico si Trump y los republicanos tienen éxito en sus esfuerzos por derogar la Ley del Cuidado de Salud Asequible (ACA, por sus siglas en inglés). Las encuestas sugieren un electorado dividido sobre los derechos de las personas transgénero. Alrededor de la mitad de los estadounidenses —el 51%— dice que cambiar de género es moralmente incorrecto, según una encuesta de Gallup de mayo. Aproximadamente 7 de cada 10 estadounidenses dicen que a los atletas transgénero solo se les debería permitir competir en equipos deportivos que coincidan con su sexo de nacimiento, según una encuesta de Gallup de 2023. No obstante, aproximadamente 6 de cada 10 estadounidenses se oponen a las leyes que prohíben los tratamientos y procedimientos médicos que ayudan a las personas transgénero a alinearse con su identidad de género, según una encuesta de Gallup de mayo. Aproximadamente un tercio está a favor de tales prohibiciones. Mientras tanto, los defensores de los derechos civiles expresan inquietudes sobre lo que significaría un segundo gobierno de Trump para los derechos LGBTQ, y exponen que su mensaje de campaña ya amenaza la seguridad de las personas transgénero, independientemente de quién prevalezca. Trump ha prometido apuntar a las personas transgénero si es elegido. Ha dicho que pedirá al Congreso que apruebe un proyecto de ley que declare que existen “solo dos géneros” y que prohíba la intervención hormonal o quirúrgica para menores transgénero en los 50 estados. Sarah Kate Ellis, presidenta de GLAAD, un grupo de defensa de la comunidad LGBTQ, manifestó que el enfoque de Trump ataca a las “personas vulnerables” que representan aproximadamente el 1% de la población “y ya están marginadas” por gran parte de la sociedad. “¿Por qué estamos debatiendo sobre la atención médica para las personas trans? Porque hay una falta de comprensión y hay una falta de humanización sobre quiénes son las personas trans”, dijo Ellis. “No es fácil ser transgénero, despertarte cada día en un cuerpo que podría no encajar con quién eres. Y, en lugar de encontrar empatía, se topan con hostilidad. Esa es la cultura que Trump está creando”. La escritora y activista Charlotte Clymer agregó en la plataforma de redes sociales X: “De verdad ... apesta ver cualquier evento deportivo como persona trans en este momento debido a los comerciales de Trump, y solo necesito que todos sepan que: sí, vemos los anuncios, y es desmoralizante saber que todo este subconjunto de personas nos considera infrahumanos”. De hecho, la campaña de Trump ha gastado desde el 1 de septiembre alrededor de 35 millones de dólares para emitir tres anuncios con base en declaraciones que Harris hizo en 2019 como candidata a la nominación presidencial demócrata de 2020. Las imágenes muestran a Harris afirmar su apoyo a las políticas federales que permiten a los presos federales acceder a atención médica, incluidos tratamientos hormonales de afirmación de género y, potencialmente, cirugía transgénero. “Suena como una locura porque es una locura”, afirma la locutora en un anuncio que, hasta el jueves, se había emitido casi 28.000 veces en los campos de batalla para la presidencia y en la televisión nacional. “La agenda de Kamala es ‘elle-elles’, no tú”, concluye el anuncio en referencia a los pronombres neutros de género. Harris, en su campaña presidencial de 2019, escribió en un cuestionario de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, por su siglas en inglés): “Apoyo las políticas que garantizan que los presos y detenidos federales puedan obtener la atención médica necesaria para la transición de género, incluida la atención quirúrgica, mientras están encarcelados o detenidos”. También trabajó como fiscal general de California para otorgar acceso a dicha atención a los presos estatales. Pero Harris tiene razón al señalar que políticas federales similares estuvieron vigentes durante la presidencia de Trump, tanto para los inmigrantes detenidos como para los presos federales. En sus actos de campaña, Trump suele abordar cuestiones LGBTQ con generalizaciones y apelaciones emocionales. A menudo critica a los líderes militares estadounidenses por ser “woke”, y culpa a Harris y al presidente Joe Biden. El video de parodia que se reproduce en las pantallas en los actos de campaña de Trump alterna entre escenas de intenso entrenamiento militar, a veces con sargentos de instrucción que gritan a las tropas, y escenas que representan a lo que se supone que son miembros LGBTQ del ejército que muestran comportamientos femeninos exagerados. Las últimas escenas, afirma el video, reflejan al ejército estadounidense bajo Biden y Harris. Para cuando Trump sube al escenario, varios oradores han crispado a la audiencia sobre el tema. “Estamos en medio de una crisis de identidad nacional. La fe en Dios, el patriotismo, el trabajo duro, la familia: estas cosas han desaparecido solo para ser reemplazadas por el ser consciente de la justicia social y el transgenerismo” y otras filosofías, dijo el excandidato presidencial republicano Vivek Ramaswamy en el Madison Square Garden. “Estos son síntomas de un vacío más profundo de propósito y significado en nuestro país, y ahora mismo tenemos que dar un paso adelante y llenar ese vacío con nuestra propia visión”. - - La periodista de The Associated Press Linley Sanders, en Washington, contribuyó a este despacho.