TÚNEZ (AP) — El presidente de Túnez, Kais Saied, tomó posesión para un segundo mandato tras un mes de represión y varias detenciones de rivales políticos.
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Semanas después de lograr la reelección con un 90,7% de los votos, este exprofesor de Derecho de 66 años pidió durante su discurso de investidura el lunes una “revolución cultural” para combatir el desempleo, luchar contra el terrorismo y erradicar la corrupción.
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“El objetivo es construir un país donde todo el mundo pueda vivir con dignidad", dijo Saied en un discurso a los miembros del Parlamento tunecino.
La reelección de Saied el 7 de octubre se produjo tras un turbulento primer mandato en el que suspendió el parlamento, reescribió la Constitución elaborada tras la Primavera Árabe y encarceló a docenas de críticos en la política, los medios de comunicación, el sector empresarial y la sociedad civil. Presentó algunos elementos de la represión como necesarios para luchar contra la corrupción y los enemigos del Estado, utilizando el populismo para atraer a los tunecinos desencantados con la dirección que tomaron sus predecesores tras las protestas a nivel nacional que acabaron con la destitución de Zine El Abidine Ben Ali en 2011.
El mandatario se comprometió a perseguir a los “ladrones y traidores a sueldo de los extranjeros” y culpó a las “fuerzas contrarrevolucionarias” de obstaculizar sus esfuerzos para reflotar la maltrecha economía del país en su primer mandato.
“La tarea no era fácil. Los peligros eran grandes", dijo. “Los brazos del antiguo régimen eran como víboras que circulaban por todas partes. Podíamos oírlas sisear, aunque no pudiéramos verlas".
Aunque Saied manifestó su compromiso con el respeto a las libertades, muchos reporteros no pudieron cubrir su toma de posesión, lo que provocó la queja del Sindicato Nacional de Periodistas, que manifestó “su firme condena a la actual política de censura y restricciones al trabajo periodístico” en un comunicado el lunes.
