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Envío de batería de defensa aérea podría estirar recursos del ejército de EEUU

WASHINGTON (AP) — El despliegue de una batería de Defensa de Área de Gran Altitud Terminal (THAAD, por sus siglas en inglés) a Israel y unos 100 soldados para operarla añadirá más presión a los ya estirados recursos antiaéreos del ejército estadounidense y podría demorar la modernización de los sistemas de defensa antimisiles, dicen comandantes de esa rama armada.

Los dos máximos comandantes del ejército declinaron dar detalles sobre el despliegue anunciado durante el fin de semana por el secretario de Defensa Lloyd Austin. Pero hablaron ampliamente sobre sus inquietudes a medida que aumenta la demanda por sistemas como el THAAD o el Patriot debido a la guerra en Ucrania y el creciente conflicto entre Israel y diversas milicias respaldadas por Irán.

“Las comunidades de defensa aérea y de artillería son las más afectadas. Tienen el mayor ritmo de operaciones de todo el ejército”, dijo la secretaria del Ejército Christine Wormuth. “Estamos constantemente tratando de ser lo más disciplinados posible y darle al secretario Austin la información que necesite para evaluar correctamente la presión sobre la fuerza cuando él considere futuros despliegues operacionales”.

Wormuth dijo que el ejército tiene que ser cuidadoso sobre “qué responsabilidades asumimos. Pero por supuesto, en este mundo tan volátil, a veces tenemos que hacer lo que sea necesario”.

El Pentágono anunció el despliegue del sistema THAAD el domingo, diciendo que fue por órdenes del presidente Joe Biden. Funcionarios indicaron que será transportado desde un lugar en la parte continental del país y que tardará unos días hasta que llegue a Israel junto con los soldados. Los funcionarios hablaron a condición de anonimato al no estar autorizados para hablar del tema en público.

La medida agrava las crecientes tensiones a lo interno del Departamento de Defensa sobre qué armas Estados Unidos puede enviar a Ucrania, Israel u otros sitios y qué riesgos ello conlleva para la preparación militar de Estados Unidos y su capacidad de defenderse.

“Todo el mundo quiere las defensas aéreas del ejército estadounidense”, dijo el general Randy George, jefe del mando conjunto del ejército, el lunes cuando él y Wormuth respondieron preguntas en la conferencia anual de la Asociación del Ejército Estadounidense. “Esta es nuestra formación más desplegada”.

La decisión de enviar el THAAD surge en momentos en que Israel pondera cómo responder al ataque misilístico iraní del 1 de octubre, en que Irán disparó unos 180 misiles contra Israel. Israel ya tiene un sistema de defensa aérea multifásico, pero un ataque del grupo libanés Hezbollah con drones el domingo contra una base militar mató a cuatro soldados y dejó gravemente heridos a otros siete, subrayando la necesidad de una mejor protección.

Las fuerzas israelíes han estado intercambiando fuego con Hezbollah en el Líbano desde el 8 de octubre del 2023, cuando el grupo libanés empezó a lanzar cohetes contra Israel en apoyo hacia Hamás en Gaza. El ataque con drones del domingo fue el más letal perpetrado por Hezbollah desde que Israel lanzó su invasión del Líbano hace dos semanas.

Debido a que el despliegue del THAAD sólo involucra a unos 100 soldados, probablemente no implicará una gran carga sobre las fuerzas de defensa aérea, dijo Wormuth en la conferencia.

Pero se agrega al ritmo de los despliegues. Ahora que ha disminuido el ritmo frenético de los despliegues vistos durante las guerras de Irak y Afganistán, las fuerzas estadounidenses han tratado de asegurarse de que sus integrantes tengan suficiente tiempo en el país para entrenarse y descansar antes de cada despliegue.

La reducción de esos lapsos intermedios puede afectar la capacidad del ejército de mantener a soldados en buenas condiciones.

“Son soldados excelentes, pero obviamente ser desplegados por un año, regresar por un año y luego desplegar otra vez por un año, eso sería difícil para cualquiera”, indicó George.

Aseguró que el ejército está evaluando diversas maneras de limitar el impacto sobre el reclutamiento y la retención, como aumentar las filas o modernizar los sistemas para que necesiten menos soldados para operarlos.

Pero los despliegues tan frecuentes dificultan despachar a los sistemas a los depósitos para su modernización.

Como resultado, dijo Wormuth, los comandantes del ejército están tratando de que sus argumentos sean los más diáfanos posible para cuando tengan que ir a Austin para pedir el despliegue de algún sistema en el Oriente Medio o en Ucrania.

“Tenemos que poder traer a casa a esas unidades para poder realizar ese proceso de modernización”, declaró Wormuth. “Por lo tanto estamos tratando de presentarle la situación al secretario Austin para que él pueda evaluar esos riesgos — básicamente, riesgos actuales versus riesgos futuros — para el momento en que él tenga que hacerle recomendaciones al presidente sobre si despachar a un sistema Patriot aquí o allá”.

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