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Incendio en isla hawaiana de Maui se debió a fuego que se creía extinguido, revela investigación

HONOLULU (AP) — El incendio forestal que mató al menos a 102 personas en la isla hawaiana de Maui el año pasado se originó a partir de un fuego previo provocado por cables eléctricos caídos que los bomberos creían haber extinguido, confirmaron autoridades el miércoles al presentar sus conclusiones sobre la causa de la tragedia.

Desde hace tiemipo se sabía que el incendio del 8 de agosto de 2023 —el más letal que ha sufrido Estados Unidos en más de un siglo— había surgido por la tarde, en la misma zona que el incendio que comenzó horas antes esa mañana. Impulsado por vientos fuertes y erráticos, el fuego arrasó la histórica localidad de Lahaina, destruyendo miles de edificios, sorprendiendo a personas atrapadas en sus coches y obligando a algunos residentes a huir hacia el océano.

No ha quedado claro si las llamas fueron una reactivación del incendio de la mañana, después de que los bomberos pasaran horas sofocándolo, o si se trataba de otro incendio distinto. La respuesta podría ser significativa para responder a las interrogantes en torno a posibles responsabilidades por la destrucción, aunque se ha llegado a un acuerdo tentativo de 4.000 millones de dólares.

En la presentación de sus conclusiones, funcionarios de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos (ATF, por sus siglas en inglés) y el Departamento de Bomberos de Maui no abordaron la cuestión de la responsabilidad, pero concluyeron que el incendio de la mañana se había reavivado.

Lo más probable es que esto se debiera a los fuertes vientos que arrastraron brasas no detectadas al barranco seco.

Un cable eléctrico de Hawaiian Electric se cayó en la madrugada del 8 de agosto y provocó un incendio en la maleza cercana a las afueras del poblado. Los bomberos acudieron al lugar, donde permanecieron varias horas hasta que creyeron haberlo extinguido. Cuando se fueron, se detectó de nuevo la presencia de llamas y, aunque los bomberos regresaron rápidamente, ya no pudieron con el viento y el fuego.

La comunicación entre la policía y los bomberos fue irregular, las redes de telefonía celular no funcionaban y los funcionarios de emergencias no activaron las sirenas de alarma, las cuales podrían haber avisado a los residentes con el fin de que evacuaran. Los cables y postes eléctricos se habían caído en muchos lugares de la localidad, y la policía bloqueó algunas carreteras para proteger a los residentes de las líneas eléctricas potencialmente peligrosas. Los rescatistas también tuvieron problemas para obtener una respuesta firme por parte de los representantes de la empresa eléctrica Hawaiian Electric sobre si se había cortado la electricidad en la zona.

El bloqueo de las carreteras contribuyó al embotellamiento que dejó a las personas que huían atrapadas en sus coches mientras las llamas avanzaban. Otros fallecieron en sus casas o en el exterior mientras intentaban escapar. El número de muertos superó al del incendio Camp Fire de 2018 en el norte de California, que dejó 85 muertos y destruyó la ciudad de Paradise.

En los meses transcurridos desde entonces, miles de residentes de Lahaina han demandado a varios grupos a los que acusan de ser culpables del incendio, entre ellos Hawaiian Electric, el condado de Maui y el estado de Hawai.

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Boone informó desde Boise, Idaho.

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