MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
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"En medio de las crecientes violaciones al Derecho Internacional a través de operaciones militares en la ocupada Cisjordania y los implacables ataques ilegales en la ocupada Franja de Gaza con el riesgo real de genocidio, el acceso de los periodistas para arrojar luz sobre los acontecimientos en curso es crucial", ha señalado la ONG en un comunicado.
La ONG ha resaltado que el cierre es "otro ataque descarado al derecho a la libertad de expresión y un golpe demoledor a la libertad de prensa". "Este movimiento ilustra claramente hasta dónde están dispuestas a llegar las autoridades israelíes para protegerse de coberturas críticas y del escrutinio público", ha agregado.
Asimismo, Amnistía ha recordado que todos los periodistas tienen el derecho de llevar a cabo su trabajo de forma "libre y segura" sin el temor de ser "arrestados, acosados, intimidados" o sufrir "cualquier otro tipo de represalia".
"Las autoridades israelíes, que ya prohíben a la mayoría de los periodistas internacionales entrar libremente en la ocupada Franja de Gaza para informar sobre la guerra en curso, ahora extienden su represión contra los medios de comunicación a la ocupada Cisjordania", ha subrayado.
Por todo ello, la ONG ha pedido a las autoridades israelíes "revocar inmediatamente" la orden de cierre de Al Yazira, así como "poner fin al acoso, intimidación y obstrucción contra los periodistas y otros trabajadores de los medios de comunicación en territorio palestino ocupado".
El cierre de la oficina fue retransmitido en directo por la cadena y confirmado por su responsable, Ualid al Omari, quien denunció que militares israelíes "fuertemente armados y enmascarados" entraron en el edificio y le entregaron la orden sin explicar los motivos de dicha decisión. Más tarde señaló que se acusa a Al Yazira de "incitar al terrorismo".
Al Yazira ha denunciado esta medida como un "último intento de restringir la cobertura informativa" que está realizando de la ofensiva militar contra Cisjordania y Gaza, después de que en mayo el Gobierno de Benjamin Netanyahu le prohibiera informar desde territorio israelí al considerar sus emisiones como un ataque a la integridad del Estado y un mecanismo de propaganda del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).
