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Francia envía policías antimotines a Martinica en medio de protestas

CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Francia envió un contingente de policías especiales antidisturbios a la isla caribeña francesa de Martinica, donde han surgido protestas pese a una prohibición de las autoridades.

El contingente llegó este fin de semana luego que el representante del gobierno francés en el territorio dijo en un comunicado que quedaban prohibidas hasta el lunes las protestas en las municipalidades de Fort-de-France, Le Lamentin, Ducos y Le Robert. El gobierno también ha declarado un toque de queda.

Protestas violentas estallaron la semana pasada por el alto costo de la vida, y al menos seis policías y un civil fueron heridos de bala. La policía lanzó gas lacrimógeno y funcionarios dijeron que varias tiendas fueron saqueadas.

Las autoridades dijeron que las restricciones tienen como objetivo “poner fin a la violencia y los daños perpetrados en estas concentraciones así como a los numerosos obstáculos a la vida diaria y a la libertad de movimiento que castigan a toda la población, particularmente los fines de semana”.

Sin embargo, las medidas fueron respondidas con desafío por parte de muchos habitantes, con enormes protestas pacíficas el sábado en la noche. Videos de la prensa local muestran a multitudes marchando pacíficamente por carreteras en la noche, haciendo sonar tambores y ondeando banderas.

Entretanto, el contingente de policías antimotines franceses llegó a la isla y se estaba quedando en un hotel en Fort-de-France. No quedaba claro cuántos efectivos había.

El contingente, conocido como las Compañías para la Seguridad Republicana, fue prohibido en el territorio francés tras sangrientos disturbios en diciembre de 1959. Había sido acusado de usar fuerza desproporcionada contra manifestantes, lo que derivó en la muerte de varios jóvenes. Muy rara vez esa fuerza es desplegada en territorios franceses en el Caribe, pero fue despachada durante disturbios en Guadeloupe en el 2009.

Los líderes de Martinica pidieron la presencia del contingente en medio de las protestas recientes, un cambio histórico que provocó condenas de parte de algunos en el territorio.

Béatrice Bellay, representante del partido socialista de la isla, condenó la decisión, afirmando: “Martinica no está en guerra civil, es una guerra social”. Pidió un “diálogo abierto y transparente” entre los manifestantes y el gobierno.

“Esta medida... solo sirve para agravar las tensiones y distraer la atención de las demandas legítimas del pueblo de Martinica”, escribió Bellay en un comunicado el domingo.

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