DHARAMSHALA, India (AP) — El líder espiritual tibetano, el dalái lama, regresó el miércoles a la residencia del gobierno tibetano en el exilio, en el norte de India, tras someterse a una operación para cambiar una prótesis de rodilla en Nueva York.
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Cientos de seguidores, vestidos con túnicas coloridas y agitando pañuelos y flores, recibieron al dalái lama en el aeropuerto y en su residencia. Varios tocaron tambores y bailaron danzas tradicionales. Banderas tibetanas y budistas adornaban postes y barandillas.
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El dalái lama, de 89 años, voló a Dharamshala tras pasar semanas recuperándose en Nappi Farmhouse, Syracuse, Nueva York, luego de pasar por el quirófano el 28 de junio.
El doctor David Mayman, jefe del servicio de reconstrucción y sustitución de articulaciones en adultos del Hospital for Special Surgery de New York, apuntó tras la operación que el dalái lama se estaba recuperando bien y que se espera que siga mejorando en los próximos seis a 12 meses.
Tsetan D Sadutshang y Tsewang Tamdin, los médicos del dalái lama, indicaron el mes pasado que la incisión había cicatrizado por completo sin complicaciones. Los fisioterapeutas dijeron estar contentos con la rapidez de su mejoría.
El dalái lama ha convertido Dharamshala, una localidad de montaña en el norte de India, en su cuartel general tras huir del Tíbet luego de un levantamiento fallido contra el dominio chino en 1959. Los representantes del gobierno tibetano en el exilio también viven allí.
El dalái lama cedió formalmente sus poderes políticos y administrativos en 2011 y traspasó sus responsabilidades políticas a líderes electos por la comunidad. Pero continúa siendo el líder espiritual de la comunidad tibetana.
Sus seguidores lo consideran capaz de unir y movilizar a los tibetanos dentro y fuera de China.
Más de 100.000 refugiados tibetanos viven en India, Nepal y Bután, según organizaciones tibetanas. Se estima que en India hay alrededor de 85.000, mientras que muchos se han trasladado también a Estados Unidos, Canadá, Alemania o Suiza, entre otros países.
China ejerce un rígido control sobre todas las religiones y, en los últimos años, ha intensificado su campaña de asimilación cultural dirigida a tibetanos, uigures musulmanes y otras minorías.
China castiga al dalái lama como defensor de la independencia tibetana y no mantiene contacto directo con sus representantes desde hace más de una década.
El dalái lama afirma que se limita a defender la autonomía sustancial del Tíbet y la protección de su cultura budista autóctona.