NANTERRE, Francia (AP) — Si hay alguien que pueda apreciar la magnitud de lo que Léon Marchand ha hecho en los Juegos Olímpicos de París, ese es Bob Bowman.
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El veterano entrenador acompañó a Michael Phelps durante toda su carrera y fue testigo de primera fila de gestas improbables, como batir récords mundiales en dos eventos diferentes con una hora de diferencia y ganar ocho medallas de oro en una cita olímpica de verano.
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Es muy temprano llamar a Marchand el próximo Phelps — después de todo, el francés aún está lejos de alcanzar al atleta olímpico más condecorado de la historia en la tabla de oros olímpicos, 23-3. Pero no es exagerado decir que la actuación de Marchand en la Arena de La Défense fue francamente parecida a la de Phelps.
En un lapso de casi dos horas en la noche del miércoles, Marchand ganó dos medallas de oro en dos diferentes estilos, ambas ocasiones compitiendo contra el campeón defensor de los Juegos de Tokio en el carril próximo.
“Estoy muy orgulloso de él”, dijo Bowman sobre su último pupilo estrella. “Es un tremendo e histórico esfuerzo. Simplemente muestra el increíble trabajo que ha hecho durante muchos años para estar aquí”.
Con el mismo tipo de precisión que Bowman utilizaba para Phelps, Marchand se recuperó en la última vuelta para vencer a Kristóf Milák, el poseedor del récord mundial y medallista de oro de 2021, con un récord olímpico. Se apresuró a la piscina de práctica para calentar, regresó a la cubierta para la ceremonia de entrega de medallas; desapareció nuevamente para comenzar a prepararse para su próxima carrera; luego, arrasó con todos — incluido el campeón defensor Zac Stubblety-Cook — para adjudicarse el oro en los 200 de pecho y establecer otro récord olímpico.
Marchand se ha mostrado imperturbable bajo una intensa presión.
“La manera en que lo manejó, su actitud al respecto, fue increíble”, dijo Bowman. “La forma en que se movió a través de las diferentes partes de la competencia y cómo lo hizo fue exactamente correcta. Todavía no ha habido una parte que parezca tan dura”.
Léon, de 22 años, comenzó sus Juegos Olímpicos con un broche de oro, nadando lejos de todos en los 400 combinados individuales, el domingo.
Sin embargo, fue el audaz doblete el que aseguró que pasará a la historia como uno de los rostros de estos Juegos, especialmente cuando fue acompañado por una alegre multitud local de más de 15,000 personas, que sostuvieron recortes de cartón de su rostro sonriente, se adornaron con la “tricolore” y casi volaron el techo del lugar con cada interpretación de “La Marsellesa.”
“No es sencillo, pues tú quieres disfrutar los 15.000 fanáticos que están aquí para verte”, dijo Marchand. “Pero todavía lo disfruté sin perder mucha energía o centrándome mucho en mis emociones”.