KIGALI, Ruanda (AP) — Los ruandeses votaban el lunes en unas elecciones presidenciales que se esperaba ampliaran el largo mandato del presidente, Paul Kagame, que ha ostentado el poder desde 1994.
Algunos votantes en la capital, Kigali, llegaron incluso a las 5 de la madrugada y esperaron a que abrieran los centros de votación. En algunos se formaron largas filas.
“Esta va a ser la primera vez que voto. Votaré al presidente Kagame porque nunca he visto un líder como él”, dijo Jean Claude Nkurunziza, que iba de pasajero en una motocicleta.
Las autoridades electorales dijeron que 9,5 millones de ruandeses estaban registrados para votar en la población de 14 millones de personas. Se esperaba que hubiera resultados provisionales más tarde el lunes.
El resultado será casi con certeza a favor de Kagame, un líder autoritario que se presenta prácticamente sin oposición.
Sus rivales son Frank Habineza, del Partido Verde Democrático de Ruanda, y el candidato independiente Philippe Mpayimana, que han tenido problemas para ganar apoyos durante la campaña.
Kagame se enfrentó a los mismos adversarios en 2017, cuando consiguió casi el 99% de los votos.
Habineza dijo a AP el lunes que su partido “ha mejorado y confiamos en que esta vez tendremos un resultado muy bueno”.
Kagame, de 66 años, lleva al mando del pequeño país africano desde que se hizo con el poder como líder de los rebeldes que tomaron el gobierno de Ruanda y pusieron fin al genocidio en 1994.
Fue el vicepresidente y líder de facto del país entre 1994 y 2000, cuando se convirtió en presidente. Muchos le acusan de ser un autoritario violento, mientras que otros le elogian por gobernar durante un impresionante crecimiento del país en las tres décadas desde el genocidio.
Kagame es uno de los líderes africanos que han prolongado sus mandatos haciendo cambios en los límites de legislaturas. Los ruandeses aprobaron en referendo en 2015 eliminar el límite de dos mandatos. Ahora Kagame podría mantenerse en el poder hasta 2034.
Kagame dijo a la prensa el sábado que su mandato procede del pueblo.
“El partido en el gobierno y los ruandeses me han pedido que me presente para otro mandato”, dijo. “A nivel personal, puedo irme a casa y descansar cómodamente”.
Las elecciones de Ruanda se producían en un clima de creciente inseguridad en la región africana de los Grandes Lagos. Un grupo violento de rebeldes conocido como M23 combate contra fuerza congoleñas en una zona remota del este de República Democrática del Congo.
Entre 3.000 y 4.000 militares ruandeses combaten en el bando de M23, según dijeron expertos de Naciones Unidas en un reporte publicado la semana pasada. El gobierno estadounidense ha dicho que el grupo tiene apoyo de Ruanda. Por su parte, Ruanda acusa al ejército congoleño de reclutar combatientes entre los autores del genocidio de 1994.
Grupos de derechos siguen denunciando las duras restricciones sobre los derechos humanos, incluida la libertad de asociación, en Ruanda.
En un comunicado reciente, Amnistía Internacional expresó su preocupación por las “amenazas, detenciones arbitrarias, procesamiento por cargos inventados, asesinatos y desapariciones forzosas” contra la oposición política en Ruanda.
Ese comunicado señaló que la supresión de voces disidentes, incluidos grupos civiles, y la prensa “tiene un efecto paralizante y limita el espacio de debate para la gente de Ruanda”.