QUITO (AP) — Un grupo de manifestantes obstaculizaron vías y quemaron llantas el martes en importantes avenidas de las ciudades de Quito y Guayaquil en rechazo al reciente aumento del precio de la gasolina como un adelanto de las protestas nacionales anunciadas para el 4 de julio por gremios, sectores sociales y grupos indígenas.
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La semana pasada el gobierno del presidente Daniel Noboa subió de 2,46 a 2,72 dólares el galón con el objetivo de reducir el subsidio estatal por 600 millones de dólares anuales al combustible. Las autoridades han dicho que ese subsidio es el más inequitativo del país porque beneficia a un 20% de la población de mayores ingresos con 300 millones de dólares.
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En las primeras horas del martes un par de decenas de personas se apostaron en la avenida Mariscal Sucre, al sur de la capital, mientras otro grupo reducido hizo lo mismo en la avenida Amazonas, al frente de la plataforma financiera del gobierno, y quemaron llantas y bloquearon el tráfico en hora pico por al menos una hora.
En la ciudad portuaria de Guayaquil ocurrió algo similar.
“Queremos rechazar el alza de los combustibles porque eso implica elevar el costo de vida y condenar a más ecuatorianos a la pobreza”, dijo Andrés Quishpe, presidente de la Unión Nacional de Educadores, apostado al frente de una de las manifestaciones.
En las dos ciudades las demostraciones —convocadas principalmente por el gremio de profesores de escuelas estatales, el Frente Popular y la Federación de Estudiantes— terminaron casi sin problemas entre la policía y los manifestantes.
La suba de la gasolina ha causado en los últimos años violentas protestas, especialmente de indígenas, que sitiaron las principales ciudades y virtualmente paralizaron el país por entre dos y tres semanas.
Por tales manifestaciones los gobiernos de los presidentes Lenín Moreno (2017-2021) y Guillermo Lasso (2021-2023) tuvieron que dar marcha atrás con los aumentos.
