BUDAPEST, Hungría (AP) — El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, estaba en Kiev el martes para reunirse con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, en su primera visita al país vecino desde el inicio de la invasión de Rusia en febrero de 2022. Budapest se ha desmarcado en varias ocasiones del resto de la Unión Europea para inclinarse hacia Moscú.
La visita del líder húngaro es un inusual gesto en una relación marcada por las tensiones. Conocido por ser el mayor aliado del presidente de Rusia, Vladímir Putin, en la Unión Europea, Orbán ha bloqueado, demorado o diluido de forma sistemática los esfuerzos del bloque para ampliar la ayuda a Ucrania y para sancionar a Moscú por la guerra, molestando tanto a Zelenskyy como a otros líderes europeos.
Mientras, en el frente, las fuerzas de Kiev luchan por contener la ofensiva rusa en el este del país. Los retrasos en el envío de la crucial ayuda militar occidental han dejado al ejército ucraniano a merced del ruso, más grande y mejor equipado.
El jefe de prensa de Orbán, Bertalan Havasi, quien antes en el día confirmó la visita a la agencia noticiosa húngara MTI, señaló que el encuentro sería una oportunidad para lograr la paz mientras Ucrania lucha contra la invasión rusa.
Una fotografía distribuida por la oficina de prensa del líder húngaro muestra a los dos políticos solos, sentados frente a frente en una pequeña mesa redonda, con las banderas de ambos países y la de la UE contra una pared.
En un indicio de su fría relación, Kiev no ha confirmado aún la llegada de Orbán, como sí suele hacer con el resto de visitas de alto perfil.
La visita se produjo un día después de que Hungría asumió la presidencia semestral rotatoria de la Unión Europea, un cargo con poco poder real pero puede emplearse para marcar el tono de la agenda del bloque. Las autoridades húngaras indicaron que actuarán como “intermediarios honestos” en el puesto, a pesar de que algunos legisladores comunitarios temen que el historial democrático de Budapest lo incapacite para llevar las riendas de UE.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, restó importancia a la visita y afirmó que Hungría “debe cumplir (las) funciones” de su presidencia de la UE. Moscú no tiene expectativas especiales al respecto, añadió.
Orbán había acusado previamente a Kiev de maltratar a la minoría de etnia húngara en la región occidental de Zakarpattia, una comunidad a la que ha utilizado para justificar su negativa a proporcionar armas al país o a permitir su entrada al territorio ucraniano por su frontera.
El autodenominado líder “antiliberal” ha sido acusado durante mucho tiempo por sus socios comunitarios de desmantelar las instituciones democráticas en su país y de actuar como un saboteador obstinado de las principales prioridades políticas del bloque.
La UE ha congelado más de 20.000 millones de dólares en financiación para Budapest por supuestas violaciones del Estado de derecho y por corrupción, y Orbán ha realizado numerosas campañas de comunicación contra el bloque, presentándolo como una organización sobrecentralizada y represiva.
La visita del mandatario húngaro coincide con sus esfuerzos para reclutar más miembros para una nueva alianza nacionalista que espera que se convierta pronto en el tercer mayor grupo de derechas en el Parlamento Europeo. El domingo, Orbán se reunió en Viena con los líderes del Partido de la Libertad austriaco, de ultraderecha, y con la principal formación opositora en República Checa, para anunciar la formación del nuevo grupo, “Patriotas por Europa”.
Necesitan convencer a legisladores de al menos otros cuatro socios comunitarios para formar con éxito un nuevo grupo en el Europarlamento luego de las elecciones de junio. Los partidos nacionalistas de derechas del bloque afianzaron su posición en los comicios, pero las diferencias ideológicas por la guerra en Ucrania y la cooperación con Rusia han evitado una colaboración más estrecha entre las formaciones.