ST. JOHN'S, Canadá (AP) — El gobierno canadiense ha puesto fin a la veda de la pesca de bacalao en Terranova y Labrador, que destruyó la economía de esa provincia de la costa del Atlántico y transformó sus pequeñas comunidades hace más de 30 años.
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El Ministerio de Pesca anunció el miércoles que restablecería la pesca comercial de bacalao en la provincia, con un total permitible de 18.000 toneladas para la temporada de 2024.
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“El fin de la veda en la pesca del bacalao del norte es un hito histórico para los habitantes de Terranova y Labrador”, declaró la ministra de Pesca, Diane Lebouthillier, en un comunicado de prensa. “Reconstruiremos este sector pesquero con cautela pero con optimismo, y los principales beneficiarios serán las comunidades costeras e indígenas de Terranova y Labrador”.
Ottawa anunció la devastadora suspensión en la pesca del bacalao el 2 de julio de 1992. Las poblaciones de esta especie en las costas septentrionales y orientales de la provincia estaban disminuyendo enormemente, y la veda se introdujo para ayudar a su recuperación. Hasta entonces, la pesca de bacalao era el principal motor económico de la provincia, y la orden de suspensión dejó sin trabajo a decenas de miles de personas.
John Crosbie, quien era ministro de Pesca en ese período, efectuó una declaración ahora famosa: “¡no fui yo quien sacó a los peces de la maldita agua!” a un grupo de pescadores molestos por la disminución de las poblaciones. Al día siguiente anunció la veda.
Con el cierre de las piscifactorías y el agotamiento de los puestos de trabajo, los jóvenes de las zonas rurales de Terranova y Labrador empezaron a emigrar a la ciudad de St. John’s o a la Canadá continental en busca de empleo. Entre 1991 y 2001, la población de la provincia se redujo en 10%, en gran parte debido a la gente que abandonaba las comunidades portuarias, según el sitio web Heritage Newfoundland and Labrador.
Se suponía que la veda a la pesca del bacalao duraría dos años. Pero pasado ese plazo, las poblaciones de peces no mostraban signos de recuperación.
El año pasado, científicos del Ministerio de Pesca anunciaron que habían utilizado nuevos modelos que mostraban que la población de bacalao estaba fuera de la “zona crítica” por primera vez en décadas. Cuando una especie está en la zona crítica, los científicos recomiendan que se la deje en paz lo más posible y que los límites a las capturas sigan siendo reducidos.
Ahora la población está en la “zona de precaución”, lo que significa que las decisiones en torno a la pesca deberían seguirle dando prioridad a su recuperación. La captura total de 18.000 toneladas para la temporada de 2024 es sólo una fracción de lo que era —120.000 toneladas, según un sitio web del gobierno— en febrero de 1992, sólo unos meses antes de la veda.
“Nuestra provincia ha esperado mucho tiempo para que concluyera la veda a la pesca del bacalao del norte”, dijo el primer ministro de Terranova y Labrador, Andrew Furey, en una publicación en redes sociales. “Lo más importante es una captura sostenible que proporcione los máximos beneficios a todos los habitantes de Terranova y Labrador”.