WASHINGTON (AP) — Los expertos en defensa que han revisado las imágenes de los restos que dejó un bombardeo israelí que provocó un incendio mortal en un campamento de desplazados palestinos cuestionan por qué Israel no utilizó armas más pequeñas y precisas cuando había tantos civiles cerca. Dijeron que las bombas utilizadas probablemente eran de fabricación estadounidense.
Los ataques, dirigidos contra elementos de Hamás, mataron el domingo a 45 personas refugiadas en un campamento de desplazados cerca de la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, y han provocado la condena internacional.
Israel dice que está investigando el ataque, pero afirma que los objetivos de Hamás se encontraban a 1,7 kilómetros (1 milla) de una zona declarada como humanitaria y que su evaluación previa al ataque determinó que no se preveían daños a civiles.
Pero los civiles desplazados estaban dispersos por la zona e Israel no ordenó evacuaciones. Por tanto, aunque las tiendas de campaña que se incendiaron no estuvieran dentro de la zona humanitaria delimitada, los civiles que se encontraban allí pensaban que era un lugar seguro.
Israel, que fue atacado por Hamás el 7 de octubre de 2023, no ha dicho a qué distancia se encontraban las tiendas de campaña incendiadas del complejo que bombardeó el domingo, pero difundió una imagen satelital que muestra que había algunos refugios civiles a unos 180 metros (600 pies) de distancia. Ha subrayado que, aunque no había tiendas de campaña “en las inmediaciones”, debido a “circunstancias imprevistas, ocurrió un incendio que cobró trágicamente la vida de civiles gazatíes que se encontraban cerca”.
Las imágenes difundidas por el ejército israelí parecen mostrar a personas caminando junto a los edificios atacados antes de la explosión. Las imágenes también parecen mostrar tiendas de campaña en las inmediaciones.
Israel no ha identificado las bombas que utilizó, pero el contralmirante Daniel Hagari, vocero de las Fuerzas de Defensa de Israel, ha subrayado que el país eligió la munición más pequeña que podían transportar sus aviones —con 17 kilogramos (37 libras) de material explosivo cada una— y que una explosión secundaria involuntaria pudo haber causado el incendio.
Incluso la munición más pequeña lanzada por un jet puede ser demasiado grande cuando hay civiles cerca debido a la forma en que explota y a que puede lanzar fragmentos lejos, dijeron expertos en defensa.
Imágenes publicadas en las redes sociales desde el campamento el lunes y verificadas por The Associated Press mostraban un código CAGE en piezas de las municiones que estallaron, un identificador único asignado a los proveedores del gobierno de Estados Unidos.
Basándose en esas imágenes y en fotos satelitales del campo de escombros, dos expertos en defensa dijeron que probablemente se utilizaron bombas GBU-39 de 113 kilogramos (250 libras) de diámetro pequeño, fabricadas en Estados Unidos.
Aunque son más pequeñas que muchas otras armas que Estados Unidos ha proporcionado a Israel, estas bombas pueden causar daños en una zona extensa. El proyectil completo y sus componentes están diseñados para lanzar fragmentos que pueden viajar hasta 600 metros (2.000 pies).
“Esencialmente tienes dos bombas que ellos usan cuyos fragmentos pueden viajar 600 metros en una zona densamente poblada. Así que eso no encaja si lo que pretenden es limitar el número de víctimas”, señaló Trevor Ball, extécnico de demolición de artefactos explosivos del ejército estadounidense.
Ball dijo que el número de serie de las piezas del kit de cola y los restos de proyectiles que aparecen en las fotografías identifican las municiones como bombas GBU-39 de 250 libras. No es habitual describir una bomba por su carga explosiva —en este caso, 37 libras— en lugar de por su peso total, según Ball y Mark Cancian, un coronel retirado de la Reserva del Cuerpo de Infantería de Marina y asesor sénior del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
Según Ball y Cancian, el campo de escombros en Gaza indica que las bombas posiblemente estaban preparadas para detonar antes del impacto, lo que garantizaría la muerte de los objetivos previstos, pero también entrañaría el riesgo de muertes imprevistas. Las imágenes mostraban un pequeño agujero donde se encontró metralla.
La configuración de la espoleta de la bomba GBU-39 puede ajustarse para que la bomba explote en el momento del impacto, lo cual crearía un cráter en el lugar, o configurarse para una explosión retardada si el objetivo es que penetre primero más profundamente en un objetivo.
También pueden configurarse para que detonen en el aire, justo antes del impacto, para garantizar que se acierten múltiples objetivos. Pero esa configuración también maximiza el daño por área, lo cual podría explicar una explosión secundaria incluso si las armas u otros materiales inflamables estuvieran a cierta distancia, dijo Ball.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, dijo a reporteros el miércoles durante una visita a Moldavia que Estados Unidos está esperando una investigación que demuestre qué armas se utilizaron y cómo se desplegaron.
Incluso si eso confirma que Israel utilizó un arma de diámetro pequeño, “también vemos que hasta los ataques limitados, centrados y selectivos, diseñados para hacer frente a terroristas que han matado a civiles inocentes y que están conspirando para matar a más, hasta ese tipo de operaciones pueden tener consecuencias terribles, horribles e imprevistas”, dijo Blinken.
Los expertos en defensa dijeron que Israel tenía mejores opciones a las que recurrir que la bomba GBU-39 cuando había civiles cerca.
Los israelíes han desplegado anteriormente drones para lanzar armas más pequeñas y precisas, dijo Cancian. Estos ataques aéreos de precisión utilizados a lo largo de los años han causado pocos daños más allá del objetivo inmediato.
Israel, por ejemplo, en este ataque, podría haber utilizado un arma antipersonal más pequeña llamada mini-Spike, la cual no habría creado una zona tan amplia de escombros, si su objetivo fueran líderes específicos de Hamás, dijo Cancian.
Estados Unidos ha retenido un envío a Israel de bombas aún mayores, de 900 kilos (2.000 libras), por temor a que se utilizaran en la operación israelí de Rafah, donde se encontraban hacinados más de un millón de palestinos después de que Israel bombardeara otras partes de Gaza. Ahora, ese mismo número de personas ha escapado de Rafah y se encuentra disperso por campamentos improvisados de tiendas de campaña, y otras zonas.
El ataque del domingo demuestra que incluso las bombas más pequeñas de 113 kilos (250 libras) que Estados Unidos ha seguido proporcionando pueden ser demasiado grandes para su uso cerca de zonas de refugiados densamente pobladas, señaló Cancian.
El vocero de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, declaró el miércoles que Estados Unidos seguía intentando recabar información de Israel sobre el mortífero ataque de Rafah. Se negó a discutir las municiones específicas utilizadas por Israel, pero dijo que las declaraciones públicas de Israel sobre la munición utilizada “sin duda indican un deseo de ser más deliberado y más preciso en sus objetivos”.
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Federman reportó desde Jerusalén. Los periodistas de Associated Press Matthew Lee en Praga, Ellen Knickmeyer y Zeke Miller en Washington y Kareem Chehayeb en Beirut, Líbano, contribuyeron a este despacho.