Los votantes rusos acudieron el viernes a las urnas para unas elecciones presidenciales que durarán tres días y que, casi con toda seguridad, extenderán el mandato del presidente Vladímir Putin por seis años más luego de su campaña para sofocar la disidencia.
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Se registraron al menos media decena de casos de vandalismo en los centros de votación, entre ellos una bomba incendiaria y varias personas que vertieron líquido verde en las urnas, una presunta referencia al fallecido líder opositor Alexei Navalny, que en 2017 fue agredido por un asaltante que le salpicó la cara con desinfectante verde.
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Las votaciones concluirán hasta el domingo en centros de votación en los 11 husos horarios del inmenso país, así como en las regiones de Ucrania anexadas ilegalmente y en internet. Putin emitió su voto por internet, de acuerdo con el Kremlin.
Las elecciones se celebran en el contexto de una implacable persecución que ha coartado a los medios de comunicación independientes y a destacados grupos de defensa de los derechos, y que ha dado a Putin el control total del sistema político.
También se producen mientras la guerra en Ucrania se adentra en su tercer año. Rusia tiene ventaja en el campo de batalla, donde está logrando avances pequeños, aunque lentos. Un ataque ruso con misiles contra la ciudad portuaria de Odesa mató al menos a 14 personas el viernes, informaron las autoridades locales.
Ucrania, por su parte, ha hecho que Moscú se vea vulnerable detrás de la línea del frente: Los ataques con drones de largo alcance han golpeado en lo más profundo de Rusia, mientras que drones de alta tecnología han puesto a su flota del mar Negro a la defensiva.
Regiones rusas que colindan con Ucrania reportaron esta semana un aumento en los ataques realizados por fuerzas ucranianas, descritos el viernes por Putin como un intento de asustar a los residentes y descarrilar la votación.
“Esos ataques enemigos no han quedado ni quedarán sin castigo", prometió Putin en una reunión de su Consejo de Seguridad.
“Estoy seguro de que nuestro pueblo, el pueblo de Rusia, responderá a eso con mucha más cohesión" dijo Putin. “¿A quién quieren asustar? ¿Al pueblo ruso? Eso nunca ha sucedido ni sucederá”.
La noche del viernes, cuando cerraron los centros de votación en la región de Kaliningrado, en el extremo occidental de Rusia, más de un tercio de los votantes elegibles del país ya había emitido su voto, según la Comisión Electoral Central. La votación en internet, que empezó el viernes por la mañana, está disponible las 24 horas en Moscú y en otras regiones hasta las 8 de la noche del sábado, hora local.
Los funcionarios dijeron que la votación se realizó ordenadamente, pero en San Petersburgo, una mujer arrojó una bomba molotov al techo de una escuela donde hay un centro de votación, informó la prensa local. El jefe adjunto de la Comisión Electoral Central de Rusia dijo que varias personas vertieron un líquido verde en una urna. Tales actos son increíblemente arriesgados debido a que la interferencia en las elecciones se castiga con hasta cinco años de prisión.
Las elecciones no guardan muchas sorpresas, ya que Putin, de 71 años, se postula a su quinto mandato prácticamente sin oposición. Sus adversarios políticos están en la cárcel o exiliados en el extranjero, y el más aguerrido de ellos, Alexei Navalny, murió recientemente en una remota colonia penal del Ártico. Los otros tres candidatos son políticos poco conocidos pertenecientes a partidos simbólicos de la oposición que siguen la línea del Kremlin.
Los observadores tienen pocas o ninguna expectativa de que las elecciones sean libres y justas. Además del hecho de que a los votantes se les han presentado pocas opciones, las posibilidades de tener observadores independientes son muy limitadas.
Sólo los candidatos registrados o los órganos consultivos respaldados por el Estado pueden asignar observadores a los centros de votación, lo que disminuye la probabilidad de que haya vigilantes independientes. Con votaciones durante tres días en casi 100.000 casillas electorales del país, cualquier supervisión real es difícil de todos modos.