Cuando los Celtics de Boston estaban ganando campeonatos con Larry Bird y Kevin McHale en la década de los ochenta, eran conocidos por lo difícil que era ganar en su casa. El viejo Boston Garden podía ser increíblemente caliente y el ruido añadía otro obstáculo.
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Las arenas de la NBA ya no son así, pero los Celtics actualmente están en medio de una impresionante racha en casa.
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Boston tiene marca de 16-0 en casa. Con una nombre corporativo y una sensación moderna, la arena no tiene el misterio del viejo Garden, pero en él reside un gran equipo que intenta dejar su marca en la historia del equipo.
“Tenemos a los mejores aficionados de la liga”, aseguró el base Derrick White el mes pasado tras recibir consignas de “¡MVP!”.
“Sé que no soy el MVP, pero siempre es lindo escucharlo”.
Perdonen a los seguidores de Boston por dejarse llevar. Al menos en casa los Celtics parecen merecer estos honores.
La racha perfecta de Boston en casa casi llega a su fin la semana pasada ante un equipo que intentaba poner fin a su propia racha. Los Pistons de Detroit se fueron arriba por 21 unidades en el segundo periodo el jueves antes de que los Celtics remontaran para ganar 128-122 en tiempo extra. Con este duelo los Pistons empataron el récord de 28 derrotas seguidas y Boston hubiera sido el lugar más inesperado para ganar.
Detroit finalmente puso fin a la racha dos días después en casa ante Toronto, un día después de que los Celtics también vencieron a los Raptors en casa para mantener por poco su racha de victorias. El próximo duelo en casa de Boston será el viernes ante Utah, pero será la próxima semana que Minnesota los ponga a prueba.
Lo interesante de esta racha de los Celtics es que la ventaja de casa ya no es un parámetro en la NBA. La campaña anterior, los equipos de casa ganaron el 58% de sus duelos de temporada regular. Ese número se mantiene casi igual este año. En los ochenta el promedio era de 65%.
Los Celtics han aprovechado esa ventaja de casa en el pasado. En la temporada 1954-55 Boston terminó 21-5 en su arena y 4-22 de visita. En 1985-86 terminaron 40-1 en casa en la campaña regular y 10-0 en la postemporada camino al título.
Hoy en día nadie se siente invencible en casa. Ni siquiera Denver con su altitud, que la campaña regular pasada perdió siete duelos en casa y uno en los playoffs caminó al campeonato.
Ya sea que los viajes son más cómodos, las arenas menos intimidatorias u otras razones, ganar de visita es cada vez más común.
Eso no quiere decir que nadie pueda dominar en su propio terreno. San Antonio igualó el récord de Boston de 40-1 en la campaña 2015-16, su única derrota fue en el penúltimo duelo de casa ante Golden State.
Pero ese factor ha dejado de importar. Entre 1983 y 1994, los equipos de casa no perdieron en ningún juego 7. Hoy en día, la ventaja de casa no asegura nada en un juego 7. El año pasado dos equipos ganaron estas circunstancias —Golden State en Sacramento y Miami en Boston.
Entonces el dominio de los Celtics en el TD Garden es notable, pero Boston sabe que no pueden darlo por sentado en los playoffs.