WASHINGTON (AP) — Funcionarios del alto rango del gobierno de Estados Unidos trataron el miércoles de concretar un acuerdo para brindar ayuda militar a Ucrania —incluso aceptando las demandas de los senadores republicanos de reforzar las políticas fronterizas— con un sentido de urgencia debido a que el Congreso se prepara para salir de Washington por el fin de año sin resolver el asunto.
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La Casa Blanca se apresuraba a concretar un acuerdo en principio con los negociadores clave del Senado, de acuerdo con dos personas al tanto de los planes que hablaron bajo condición de anonimato. El grupo negociador central, que ha incluido al secretario de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas, partió del Capitolio el miércoles por la noche luego de lograr avances, pero sin haber concretado los principios de un acuerdo.
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A medida que se daban a conocer los detalles del plan, defensores de los inmigrantes y miembros del Partido Demócrata, al que pertenece el presidente Joe Biden, expresaron su inquietud por las políticas que se debatían. Algunos se manifestaron en el Capitolio, advirtiendo de un retorno a las estrictas medidas fronterizas y de inmigración de la presidencia de Donald Trump.
El Congreso no tiene mucho tiempo para llegar a un acuerdo sobre los 110.000 millones de dólares que solicitó Biden para Ucrania, Israel y otras prioridades de seguridad nacional que los republicanos retienen para exigir cambios en la política fronteriza. Aunque funcionarios de la Casa Blanca y negociadores clave del Senado parecían estar reduciendo una lista de prioridades para reforzar la frontera sur de Estados Unidos y expulsar a algunos migrantes recién llegados que ya están en territorio estadounidense, los republicanos del Senado dijeron que no hubo suficiente progreso para justificar su permanencia en Washington más allá del jueves.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, visitó Washington esta semana para implorar el apoyo de los legisladores, quienes seguían dispuestos a marcharse durante semanas mientras continuaba seriamente en duda uno de los compromisos internacionales clave de Estados Unidos: ayudar a detener la invasión del presidente ruso Vladímir Putin en Ucrania. También quedaría pendiente un acuerdo sobre uno de los temas más engorrosos de la política estadounidense: la inmigración y la seguridad fronteriza.
“Continúan las negociaciones”, comentó el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, al concluir la sesión en el Senado el miércoles por la noche.
Entre las propuestas que se están debatiendo seriamente, según varias personas al tanto de las conversaciones privadas, figuran planes para permitir que los agentes del Departamento de Seguridad Nacional impidan a los migrantes solicitar asilo en la frontera sur de Estados Unidos si el número total de cruces supera la capacidad diaria de aproximadamente 5.000 personas. Este año ha habido días en que se superan los 10.000.
También se debaten propuestas para detener a las personas que soliciten asilo en la frontera, incluidas las familias con niños, posiblemente con sistemas de monitoreo electrónico.
Los negociadores también estudian la manera de permitir que las autoridades expulsen rápidamente a los migrantes que lleven menos de dos años en Estados Unidos, incluso si se encuentran lejos de la frontera. Pero esas expulsiones sólo se extenderían a las personas que no hayan solicitado asilo o que no hayan sido aprobadas para entrar en el sistema de asilo, según una de las personas al tanto de las negociaciones.
Las políticas se parecen a las que el gobierno republicano del expresidente Donald Trump trató de implementar para reducir los cruces fronterizos, pero muchas de ellas fueron impugnadas con éxito en los tribunales. Si el Congreso las convirtiera en ley, daría a los defensores de la inmigración muy poco terreno legal para desafiar las restricciones para quienes buscan asilo.
Los defensores de los migrantes advirtieron de un retorno a las políticas antiinmigración y cuestionaron si realmente abordarán los problemas en la frontera.
“Nunca habría imaginado que en un momento en el que tenemos un Senado demócrata y una Casa Blanca demócrata nos acercamos a la mesa y proponemos algunas de las políticas de inmigración más draconianas que haya habido”, dijo Maribel Hernández Rivera, directora de política y asuntos gubernamentales de la Unión Americana de Libertades Civiles.
En las negociaciones del Senado también se había llegado a cierto acuerdo sobre aumentar el umbral en los exámenes iniciales de temor creíble para las personas que solicitan asilo.
El senador Chris Murphy, un negociador demócrata clave, dijo que no debería ser una sorpresa que haya demócratas descontentos con algunas de las disposiciones que se están discutiendo, y que por eso necesitan un acuerdo equilibrado.
“Yo sólo diría que está claro que tenemos que conseguir muchos votos demócratas y muchos republicanos para aprobar esto, y eso significa asegurarnos de que se trate de un acuerdo justo”, dijo Murphy tras una larga jornada de negociaciones.
Los senadores republicanos debatieron la propuesta de la Casa Blanca durante un almuerzo de trabajo y expresaron cierto optimismo por el hecho de que el gobierno de Biden participara directamente en la elaboración de la propuesta. Pero muchos senadores dijeron que no había tiempo suficiente para llegar a un acuerdo.
“Nadie ha redactado nada. En este momento todo son conceptos”, dijo el senador John Thune, el segundo republicano de mayor rango en el Senado, y añadió: “No se ha finalizado un acuerdo”.
Pero los partidarios más fervientes de Ucrania en el Senado pidieron a los líderes del Congreso que mantengan a los legisladores en Washington hasta que se apruebe el paquete. Un grupo de senadores demócratas se reunió en la oficina del líder republicano del Senado, Mitch McConnell, el miércoles por la tarde, y el senador Michael Bennet, que organizó la reunión, salió de ella señalando que había sido una sesión “productiva”.
En una reunión aparte, Mayorkas se sentó con un grupo de negociadores durante dos horas en el Capitolio. Fue el segundo día consecutivo en que el secretario viaja al Capitolio, pero sigue habiendo problemas para llegar a un acuerdo.
“Se ha avanzado mucho”, dijo la senadora Kyrsten Sinema el miércoles por la noche.
Aun si los senadores permanecieran en Washington para aprobar las propuestas, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, también tendría que impulsar la medida en su cámara, donde probablemente habrá oposición de ambos partidos. Los conservadores de línea dura se quejan de que las propuestas del Senado no van lo suficientemente lejos, mientras que los demócratas progresistas y los legisladores hispanos se oponen a cortar el acceso al asilo.
Durante una conferencia de prensa frente al Capitolio, los líderes de las bancadas Progresista e Hispana del Congreso prometieron oponerse a las políticas que se debaten. También dijeron que los legisladores latinos deberían ocupar un lugar central en las negociaciones.
Biden ”hizo campaña con la promesa de restaurar el alma de la nación y mantener firmes nuestros valores democráticos y los principios de nuestros padres fundadores. Y eso incluye defender nuestro sistema de asilo y el trato respetuoso a los refugiados”, dijo el senador demócrata Alex Padilla.
Señaló que era “inconcebible” que el presidente demócrata haga concesiones en política fronteriza sin obtener medidas que beneficien a los migrantes.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo que el gobierno estaba “motivado” por el progreso en las negociaciones y aseveró que cualquier producto final tiene que ser un “compromiso bipartidista”. Se negó a abordar las críticas acerca de que las disposiciones en discusión podrían ser más draconianas que las de Trump.
En el Capitolio, los senadores que han estado negociando el paquete fronterizo instaron a los líderes del Congreso a convocar a los legisladores de vuelta a Washington la próxima semana, con la esperanza de que puedan aprovechar el impulso de esta semana para hacer avanzar el paquete.
Pero sus colegas advirtieron que la aprobación del paquete por parte del Senado sería inútil a menos que la Cámara de Representantes estuviera dispuesta a actuar con rapidez.
“Será una piñata a la que la gente le pegará durante las próximas semanas”, dijo el senador republicano John Cornyn.
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Los periodistas de The Associated Press Elliot Spagat, Seung Min Kim y Rebecca Santana contribuyeron a este despacho.