MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
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Los equipos de la organización documentaron hasta agosto --cuando pusieron fin a sus actividades en Trípoli-- las situaciones en los centros de detención de Abu Salim y Ain Zara, donde miles de personas permanecen recluidas de manera "arbitraria" y donde la gente está "totalmente deshumanizada, en palabras de la coordinadora de MSF en Libia, Federica Franco.
En Abu Salim, dónde sólo hay mujeres y niños, las reclusas sufren cacheos sin ropa, registros corporales íntimos, palizas, agresiones sexuales y violaciones, tanto por parte de guardias como también de hombres armados llegados desde fuera del centro.
Una detenida cuenta cómo una de las guardias la llevó a otra estancia donde había hombres sin uniforme. "Cuando me llegó el turno, la mujer me dijo que, si mantenía relaciones sexuales con él, podría salir. Empecé a gritar. Me sacó y me golpeó con un tubo y me llevaron de nuevo a la sala grande con las otras mujeres. Allí me dijo: 'Vas a morir aquí'", explica.
En Ain Zara, donde sí hay hombres, se han registrado trabajos forzados, extorsión y otras violaciones de los Derechos Humanos, entre ellas la muerte de al menos cinco personas que sufrieron violencia directa o la falta de atención médica. Sólo entre enero y julio, los equipos de MSF documentaron 71 incidentes violentos.
Franco ha asegurado que "Cientos de personas estaban hacinadas en celdas tan superpobladas que se ven obligadas a dormir sentadas, con vertidos de aguas residuales procedentes de fosas sépticas desbordadas y retretes atascados". "No había comida suficiente y el agua para beber o lavarse era muy escasa. Esto, sumado a las pésimas condiciones, ha contribuido a la propagación de enfermedades infecciosas como la diarrea acuosa aguda, la sarna y la varicela", ha añadido.
Franco ha considerado esta "espantosa situación" una "reverberación directa" de las políticas migratorias europeas, tachadas de "nefastas" por la ONG. Estas políticas, ha apuntado la responsable de MSF, tienen como objetivo "impedir a toda costa que las personas salgan de Libia y a devolverlas por la fuerza a un país que no es seguro para ellas".
MSF ha reclamado el fin de las detenciones arbitrarias y la liberación de todos los migrantes, así como vías legales y seguras para que puedan salir de Libia. Las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos llevan años señalando que Libia no es un país seguro para estas personas vulnerables.