CARACAS (AP) — Una disputa territorial centenaria, agravada por el descubrimiento de petróleo, entre las vecinas Guyana y Venezuela está en pleno apogeo. Empapado en patrotismo, el gobierno de Venezuela está aprovechando el desencuentro para recabar apoyos antes de las elecciones presidenciales entre una población harta de una crisis que dura ya una década y ha sumido a muchos en la pobreza.
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Los venezolanos aprobaron el domingo un referéndum para reclamar la soberanía sobre Esequibo, un territorio rico en minerales que representa dos terceras partes de la superficie de Guyana y está cerca de grandes yacimientos de petróleo en alta mar. La confrontación militar parece poco probable por el momento, pero varios países se han hecho eco de la preocupación de Guyana porque su vecino occidental se anexione la región.
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A continuación, algunos de los aspectos clave de la creciente disputa:
Venezuela sostiene que fue víctima de una conspiración de robo de tierras en 1899, cuando Guyana era una colonia británica y árbitros de Reino Unido, Rusia y Estados Unidos decidieron la frontera. El gobierno estadounidense representó a Venezuela en parte porque había roto la relación diplomática con Londres.
Las autoridades venezolanas sostienen que estadounidenses y europeos se aliaron para despojar al país de sus tierras. Además, sostienen que el acuerdo firmado por Venezuela, Reino Unido y la colonia de Guyana Británica en 1966 para resolver la disputa anuló de facto el arbitraje original.
Guyana afirma que el acuerdo inicial es legal y vinculante y en 2018 pidió al máximo tribunal de Naciones Unidas que se pronuncie en ese sentido, pero la decisión podría demorarse años.
En 2015, un consorcio liderado por ExxonMobil descubrió importantes yacimientos de petróleo frente a la costa de Esequibo, lo que despertó el interés de Venezuela, cuyo compromiso con el reclamo territorial ha fluctuado a lo largo de los años.
El consorcio comenzó a extraer petróleo en diciembre de 2019, convirtiendo a Guyana, una nación mayoritariamente agrícola, en el cuarto productor mundial de crudo en alta mar. Estas operaciones generan alrededor de 1.000 millones de dólares anuales para el empobrecido país de casi 800.000 habitantes, que ha visto como su economía se expandía casi un 60% en la primera mitad de este año.
La producción diaria actual, que ronda los 380.000 barriles, se espera que llegue a los 800.000 en los próximos años. El mes pasado, sus exportaciones de petróleo se dirigieron principalmente a Holanda y Panamá, y gran parte de estas se reexportó después a la costa oeste de Estados Unidos, de acuerdo con S&P Global.
En septiembre, Guyana abrió las pujas para otros 14 bloques petrolíferos en alta mar disponibles para exploración y desarrollo, y seis empresas presentaron ofertas. Entre ellas estaban ExxonMobil — que volvió a asociarse con Hess Corp, de capital estadounidense, y con China National Offshore Oil Corp — y la francesa Total Energies, que se juntó con empresas en Qatar y Malasia.
Mientas la industria petrolera de Guyana ha florecido, la venezolana se ha hundido. Venezuela tiene las mayores reservas probadas de crudo del mundo, pero su industria petrolera se ha visto afectada por años de mala gestión y por las sanciones económicas contra la empresa estatal luego de la reelección del presidente, Nicolás Maduro, en 2018, que fue considerada ampliamente como fraudulenta.
La Asamblea Nacional de Venezuela no ha hecho público el texto de la ley que utilizará para tratar de aplicar los resultados del referéndum. Pero una parte discutida por los legisladores el jueves prohibiría que empresas locales y extranjeras operen en el país si hacen negocios en Guyana.
Para Maduro y su partido gobernante, la disputa de Esequibo es una oportunidad para recabar apoyo interno y distraer a los venezolanos de la presión de Estados Unidos para liberar a presos políticos y a estadounidenses detenidos injustamente, además de para garantizar que las presidenciales del próximo año serán libres y justas.
Antes de la consulta del 3 de diciembre, los venezolanos fueron bombardeados durante semanas con canciones sobre Esequibo, además de lecciones de historia televisadas, mítines y contenido en redes sociales.
Pero todo esto parece haber tenido el efecto contrario.
El gobierno sostiene que unos 10,5 millones de personas — poco más de la mitad de los llamados a votar — participaron en el referéndum. Además, dijo que se aprobó rechazar “por todos los medios” la frontera de 1899, convertir Esequibo en un estado, conceder a los residentes la ciudadanía venezolana y rechazar la jurisdicción de la corte de la ONU sobre la disputa. Pero periodistas de The Associated Press y testigos en los centros de votación apuntaron que las largas filas habituales en las jornadas electorales en el país nunca llegaron a formarse.
La empresa de seguridad internacional Global Guardian espera que Venezuela aumente gradualmente las tensiones y llegue a realizar maniobras navales cerca de Guyana, indicó Zev Faintuch, un analista de inteligencia de la firma.
“Podríamos ver incluso algún tipo de actividad transfronteriza a muy pequeña escala", apuntó agregando que espera que las actividades se intensifiquen hasta la cita electoral en Venezuela. “El interés de Maduro es salir reelegido y hacer que algo más de su petróleo llegue a los mercados petroleros".
Según el analista, sería casi imposible invadir toda la región de Esequibo, que es enorme, no tiene carreteras y está poco poblada.
El vicepresidente de Guyana, Bharrat Jagdeo, instó el jueves a las petroleras con concesiones cerca de la región a ignorar las declaraciones y acciones de Maduro y advirtió que el país tomaría todas las medidas necesarias para proteger su soberanía.
“Cualquier intento por parte de sus empresas petroleras o corporaciones estatales para explorar en busca de petróleo en nuestra área será visto por Guyana como una intrusión”, dijo Jagdeo. “Si (Maduro) cree que la beligerancia y las amenazas a Guyana conducirán a las deseadas conversaciones bilaterales, está profundamente equivocado”.
El Consejo de Seguridad de la ONU celebró el viernes una reunión privada de urgencia sobre el asunto mientras los líderes mundiales y las organizaciones internacionales respaldaban a Guyana. Miembros del bloque comercial regional conocido como Caricom celebraron otro encuentro a puerta cerrada el viernes para tratar la disputa.
La Organización de Estados Americanos, por su parte, dijo en un comunicado que la frontera de 1899 está “en vigor y es jurídicamente vinculante para todas las partes de acuerdo con el derecho internacional". Además, acusó al gobierno de Maduro de adoptar una “postura agresiva” y de "seguir tomando y promoviendo acciones ilegales contra Guyana”.
La OEA añadió que está profundamente preocupada por la situación “que ha escalado a un punto de preocupación significativa para la seguridad regional y constituye un tema que amenaza la estabilidad y la soberanía territorial de nuestro hemisferio”.
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Coto informó desde San Juan.