JERUSALÉN (AP) — Estados Unidos ha ofrecido un fuerte apoyo a Israel en su guerra contra el grupo extremista Hamás que gobierna la Franja de Gaza. Pero los aliados están cada vez más en desacuerdo sobre lo que sucederá con Gaza una vez que la guerra llegue a su fin.
PUBLICIDAD
Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, anunció esta semana que su país mantendría una presencia de seguridad de duración indefinida en Gaza. Las autoridades israelíes hablan de imponer una zona de amortiguación para mantener a los palestinos alejados de la frontera israelí. Descartan cualquier papel de la Autoridad Palestina, que Hamás expulsó del poder en Gaza en 2007, pero gobierna zonas semiautónomas de Cisjordania, ocupada por Israel.
PUBLICIDAD
Estados Unidos ha presentado una visión muy diferente. Altos funcionarios han dicho que no permitirán que Israel vuelva a ocupar Gaza ni reduzca aún más su ya pequeño territorio. Han pedido repetidamente el regreso de la Autoridad Palestina, que es reconocida internacionalmente, y la reanudación de las conversaciones de paz destinadas a establecer un Estado palestino junto a Israel.
Estas visiones contradictorias han preparado el escenario para discusiones difíciles entre Israel y Estados Unidos.
He aquí un vistazo más de cerca a los temas.
Israel declaró la guerra a Hamás después de que el grupo extremista islámico irrumpiera en su frontera sur el 7 de octubre, masacrara a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomara como rehenes a más de 240. El presidente Joe Biden voló rápidamente a Israel en una misión de solidaridad, y su gobierno ha respaldado firmemente el derecho de Israel a defenderse mientras proporciona armas y asistencia militar.
Israel ha dicho que su objetivo es destruir a Hamás, una tarea difícil dadas las profundas raíces del grupo en la sociedad palestina.
Estados Unidos, que junto con otros países occidentales considera a Hamás un grupo terrorista, ha aceptado este objetivo. Pero a medida que la guerra se prolonga, ha expresado dudas sobre las terribles condiciones humanitarias y el creciente número de muertes de civiles en Gaza, donde las autoridades sanitarias informan de más de 16.000 muertos, al menos dos tercios de ellos mujeres y niños. Israel dice que Hamás tiene la culpa por utilizar a civiles como escudos humanos.
Durante el fin de semana, Lloyd Austin, secretario de Defensa de Estados Unidos, dijo que es fundamental que Israel proteja a los civiles de Gaza.
“Si los empujas a los brazos del enemigo, reemplazas una victoria táctica por una derrota estratégica”, declaró. “Por eso he dejado claro en repetidas ocasiones a los líderes de Israel que proteger a los civiles en Gaza es tanto una responsabilidad moral como un imperativo estratégico”.
El jueves, el secretario de Estado, Antony Blinken, fue aún más lejos y dijo a Israel que “las bajas civiles siguen siendo demasiado elevadas y que Israel debe intensificar sus esfuerzos para reducirlas”, dijo su oficina. Blinken también pidió a Israel que aumente el flujo de ayuda humanitaria hacia Gaza.
Las principales diferencias entre los aliados han surgido en torno a la visión a largo plazo para Gaza.
Netanyahu solamente ha ofrecido atisbos de lo que planea.
El martes, dijo que el ejército mantendría un control de seguridad indefinido sobre la Franja de Gaza mucho después de que termine la guerra, lo que sugiere una forma de ocupación israelí extendida.
Netanyahu descartó la idea de fuerzas de paz extranjeras, con el argumento de que sólo el ejército israelí podría garantizar que Gaza permanezca desmilitarizada. Netanyahu también ha rechazado el regreso de la Autoridad Palestina, al manifestar que no se puede confiar en su líder, el presidente palestino Mahmud Abás.
“Después de destruir a Hamás, Gaza será desmilitarizada y desradicalizada para que no haya ninguna amenaza hacia Israel desde Gaza”, dijo Ophir Falk, asesor de Netanyahu. “La zona de amortiguamiento puede ser parte de la desmilitarización. Ese es el plan”.
Israel informó a sus aliados occidentales y vecinos regionales sobre los planes de la zona de amortiguamiento apenas la semana pasada, sin ofrecer una propuesta detallada, según funcionarios egipcios y diplomáticos árabes y occidentales, quienes insistieron en el anonimato para discutir el tema.
Los funcionarios dijeron que los países informados sobre la propuesta incluyen a Egipto, Qatar, Jordania, Turquía, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí. Dos funcionarios egipcios dijeron que parece que Israel no tiene un plan detallado y viable para dicha zona, incluido su ancho.
“Simplemente dicen: ‘sería una zona de amortiguamiento temporal’”, refirió uno de los funcionarios. “Pero cuando les pedimos detalles, no tienen respuestas”.
Si bien no se ha tomado ninguna decisión, estas ideas parecen poner a Israel en desacuerdo con la Casa Blanca.
Biden y otros altos funcionarios han dicho repetidamente que una Autoridad Palestina “revitalizada” debe desempeñar un papel en la Gaza de posguerra y que Israel debe buscar una solución de dos Estados que involucre a la Autoridad Palestina. Han descartado una reocupación a largo plazo o un nuevo trazado de las fronteras de Gaza.
“Cuando llegue el fin de este conflicto en Gaza, no debe haber ninguna reducción en el tamaño de Gaza”, dijo el miércoles Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado. “Así que, si cualquier zona de amortiguación propuesta estuviera dentro de Gaza, eso sería una violación de ese principio y es algo a lo que nos oponemos”.
La frustración con Netanyahu puede no limitarse a Estados Unidos.
Amos Harel, columnista de asuntos militares del diario Haaretz, dijo que los comandantes del ejército israelí creen que Netanyahu está motivado por consideraciones políticas internas y se niega a negociar con la Autoridad Palestina “debido a las construcciones de coalición de sus socios de extrema derecha”. Netanyahu y sus socios de coalición de línea dura se oponen a la independencia palestina.
Por ahora, ambas partes parecen centradas en el objetivo compartido de eliminar a Hamás.
“Para ellos es importante que Israel alcance los objetivos militares porque este es el punto de partida para cualquier cambio que pueda ocurrir al día siguiente”, dijo Eldad Shavit, exfuncionario de alto rango de la inteligencia israelí.
Agregó que la presión estadounidense en el corto plazo se centrará en cuestiones inmediatas, como la presión para minimizar las víctimas civiles y permitir más entregas de ayuda humanitaria.
Estados Unidos ha indicado que mostrará cierta paciencia una vez que los combates disminuyan.
Miller, portavoz del Departamento de Estado, dijo que Estados Unidos entiende que “tendrá que haber algún tipo de período de transición tras el final de las principales operaciones de combate”. Declinó decir cuánto tiempo llevaría eso.
Pero a medida que el número de muertos en Gaza sigue en aumento, las condiciones se deterioran y Biden entra en un año electoral con sectores importantes de su base demócrata que presionan para que se ponga fin a la ofensiva de Israel, es probable que estas diferencias aumenten en ausencia de una meta final clara.
Shavit dijo que las tensiones podrían incrementarse si Estados Unidos en algún momento concluye que Israel da largas o ignora las demandas estadounidenses. Pero por ahora, “los estadounidenses quieren que Israel tenga éxito”, agregó.
Daniel Levy, un exnegociador de paz israelí quien es presidente del U.S./Middle East Project (Proyecto Estados Unidos/Oriente Medio), un instituto de políticas que estudia el conflicto palestino-israelí, dijo que es poco probable que los estadounidenses se pongan firmes.
Citó lo que describió como una tibia respuesta estadounidense ante las numerosas bajas civiles en el sur de Gaza como un indicador de lo que se avecina.
“Los israelíes tienen la percepción de que su camino por recorrer no es infinito, pero todavía sienten que tienen mucho camino por recorrer”, dijo.
____
Magdy informó desde El Cairo.